_
_
_
_
_

Una final en el despacho

Robert Álvarez

Las eliminatorias finales eran a cinco partidos. Las ganaron y celebraron el ascenso. Pero tanto el Cajabilbao como el Salamanca, los dos equipos de Primera que se ganaron sobre el parqué el ascenso a la Liga ACB, estaban sobre aviso. Había que disputar un partido suplementario. Un encuentro diferente, con ejecutivos en el quinteto inicial, un despacho como escenario y un par de talonarios como marcador. Para estar entre los 20 clubes de la Liga AC13, vascos y castellanos tendrán que poner hoy sobre la mesa de la Asociación de Clubes (ACB) 368 y 460 millones de pesetas, respectivamente.El partido, para mayor emoción, será a cuatro bandas. Los directivos del Fórum de Valladolid y del Argal de Huesca estarán esperando el resultado. Si el Cajabilbao y el Salamanca pagan los cánones que se les exigen, los de Valladolid y los de Huesca perderán la categoría; en caso contrario, la mantendrán, y si sólo uno de los dos aspirantes cumple con lo exigido por un árbitro inflexible como la ACB, el Fórum seguirá en la máxima división del baloncesto y el Argal, último del pasado campeonato, descenderá.

La ACB exige a los clubes que lograron el ascenso, entre otras cosas y además de los cánones, no tener deudas exigibles, disponer de auditorías de sus datos financieros, de una memoria técnico-deportiva y administrativa de la entidad, otras de las instalaciones (disponer de un pabellón con un aforo mínimo de 5.000 espectadores sentados) y un presupuesto mínimo para la próxima temporada de 200 millones de pesetas.

Las apuestas corren al igual que ante un partido trascendental. El presidente del Cajabilbao, Tomás Olano, no es muy optimista, aunque deja un resquicio de esperanza. "Realmente, veo muy dificil reunir el canon que nos han impuesto", asegura. "Tenernos uno de los mejores patrocinadores de baloncesto de España, pero las negociaciones con las instituciones han sido muy difíciles". La imposibilidad de conseguir el canon puede resultar fatal para el club vasco, que perdió la máxima categoría en 1991. "Si no subimos", afirma Olano, "no tiene sentido continuar en Primera División. Nos veremos abocados a la desaparición". Olano dice que asume las condiciones impuestas por la ACB, aunque echa de menos la posibilidad de haber negociado.

Mariano Rodríguez, presidente del Club Baloncesto Salamanca, es optimista. "No habrá mayores dificultades para subir". Un sueno para una ciudad que hace sólo dos años no tenía siquiera un equipo en Primera. Con la ayuda de este empresario de la construcción y el apoyo de las instituciones, el Salamanca puede hacer historia. El éxito se cimenta en la construcción de un pabellón para 10.000 espectadores.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_