Aznar promete generosidad en la victoria y emplaza al Gobierno a que saque conclusiones

José María Aznar se mostró ayer más cauto que nunca, tras la confirmación oficial (le la abultada victoria de su partido en las elecciones europeas. No quiso pronunciarse sobre la posibilidad de unas elecciones generales anticipadas. "Corresponde al Gobierno hablar y tomar decisiones", señaló al filo de las once y media de la noche. Los populares, que insistieron desde el primer momento en su compromiso de administrar el triunfo en las urnas con generosidad y al servicio de todos los españoles, dejaron en manos de Abel Matutes, el cabeza de lista al Parlamento Europeo, la tarea de reclamar del Ejecutivo la. presentación de una cuestión de confianza que permita verificar los apoyos parlamentarios con que cuenta.

Aznar aguardó hasta las 23.25, con el escrutinio ya muy adelantado, para comparecer en la sala de prensa de la sede central de su partido, en la madrileña calle de Génova, 13. Con una abierta sonrisa, que trató de atemperar en cuanto se sentó ante las cámaras de televisión, y un traje oscuro, el líder de los populares eludió pronunciarse sobre las consecuencias inmediatas del resultado en la política interna o sobre su disposición a abrir conversaciones con el Gobierno para pactar el adelanto de las elecciones generales.Además de enviar a los españoles "un mensaje de tranquilidad y de serenidad", el presidente del PP subrayó que, "evidentemente, tendrán que producirse consecuencias, porque cuando los ciudadanos hablan con esta claridad no es posible ignorarlo". Pero quiso dejar claro a renglón seguido que no será él quien plantee exigencias, al menos hasta que el Ejecutivo se pronuncie.

En cambio, Aznar sí apeló a su predisposición al diálogo cuando fue preguntado sobre las palabras del presidente de la Generalitat y de CiU, Jordi Pujol, que había interpretado el resultado de las urnas como una oportunidad para ampliar el espectro de fuerzas políticas con las que su coalición busca el entendimiento.

Aznar adelantó que al final del escrutinio los populares aventajarían al PSOE en aproximadamente 1.700.000 votos y habrían ganado en 13 de las 17 comunidades autónomas. Ofreció el éxito electoral como un ejercicio de lealtad "a la Corona, a la democracia y a España", felicitó a todos los ciudadanos, incluso a los que no han votado al PP y proclamó que "la democracia ha ganado" y que "se ha abierto un camino decisivo".

Luego realizó un llamamiento a todos los eurodiputados, con independencia de su afiliación política, para que colaboren en la defensa de los intereses de España en Europa y advirtió que no interpreta la victoria en clave partidista: "Considero este triunfo", dijo, "el de todos los españoles y lo tomo como una gran responsabilidad". .

La prudencia de Aznar y su negativa a pronunciarse sobre el futuro o la estabilidad del Gobierno contrastaron con la decisión de Matutes, que en una evidente estrategia coordinada previamente reclamó al Ejecutivo la presentación de una cuestión de confianza en el Congreso de los Diputados. La cuestión de confianza es "obligada", según el cabeza de lista al Parlamento Europeo, porque una situación difícil como la de España "exige mano firme al timón del Gobierno" y el Ejecutivo debe demostrar y garantizar "la estabilidad de su acción política".

Los dirigentes del PP hicieron durante toda la noche un alarde de serenidad y contención. Rajoy logró aparecer en público apenas con una tenue sonrisa y Matutes, cuya satisfacción era más evidente, no habló de victoria ni de triunfo hasta que el Gobierno ofreció datos oficiales provisionales, aunque dió por hecho el éxito de su candidatura.

Previsión de victoria

Fuentes de la dirección admitieron que los sondeos que manejaba el partido le concedían una ventaja próxima a los 10 puntos desde hace semanas, pero se decidió mantener una actitud prudente durante toda la campana, incluso en los días finales, cuando era evidente que Aznar confiaba en ganar. Incluso en ese momento, los populares aseguraron que sus sondeos les otorgaba una victoria ajustada, con un margen que oscilaba entre dos y cuatro puntos.

[Manuel Fraga, presidente de la comunidad gallega, se sumó a la opinión de su compañero de filas Abel Matutes y manifestó que "se impone una moción de confianza del presidente del Gobierno", según informa Efe. Fraga destacó que estos comicios se han planteado como unas primarias, "tras las cuales tiene que ocurrir algo y eso que tiene que ocurrir corresponde al Gobierno y al PSOE decidirlo".]