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El Diablo no para de hablar

Stradella Claudio Chiappucci se siente a sus anchas, aunque su apellido ya no asuste a nadie. En su infierno particular. Ha aprovechado los tres días dolomíticos para afilar su tridente y aguzar sus cuernos. Y de nuevo se muestra imparable dándole a la lengua. Y repitiendo su lema: "El ataque siempre paga. Puedes fallar una, dos, tres veces, pero al final, si persistes, consigues algo". Desde esta seguridad -tiene a su alumno Pantani segundo en la general después de haber ganado dos etapas, y él está undécimo, después de andar escapado más de 300 kilómetros en varios días- se permite otra vez lanzar dardos sobre los protagonistas. Tiene opinión reservada para todos y sabe a quién dedicarle un dardo.

Argentin. ¿Has visto donde está en la general?. Argentin habla demasiado y ahora se entera de que le hemos adelantado.

Berzin. El líder se ha cansado muchísimo, lo ha pasado mal en la etapa reina. Pero ha mostrado su madera de campeón: otro, en su lugar, habría perdido la maglia rosa. Es el gran favorito.

Induráin. El español no me ha sorprendido. He repetido mil veces que mejoraría día tras día. No es que anduviera lento la primera semana, es que el Giro se desencadenó.

Bugno. Esperaba que Gianni anduviera mucho mejor.

Chiappucci. Yo no soy un rival de Pantani, sino un amigo. Nunca en mi vida he perjudicado a un compañero de equipo. No sé si ganará el Giro, pero que cuente conmigo. Yo he dejado de ser el protagonista del equipo. Y estos días la táctica será muy importante. Debemos agotar a los adversarios.

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