La final echa de menos a Jordan

El New York Knicks insiste en frenar la evolución del baloncesto. Regresamos a la época de su inventor, el doctor James Naismith. El aro es una canasta de melocotón. El deporte se parece más a un partido de fútbol americano sin cascos protectores ni hombreras. No importa el espectáculo, tan sólo el resultado. El Knicks no pudo ganar el primer acto de la final, pero consiguió minimizar el juego rápido y eléctrico de Hakeem Olajuwon y compañía. "Parecíamos dos luchadores sumos hundidos en el fango", afirmó Rudy Torrijanovich, director técnico del Houston Rockets.Ambos equipos sumaron 63 puntos en la segunda mitad tan sólo -28 de ellos en el último cuarto- Estas cifras representan dos récords negativos para una final de liga. Ahora es cuando se sufren más las consecuencias de la retirada de Michael Jordan. Los jugadores de la NBA ya no imitan a Rudolf Nureyev con sus saltos y piruetas.

Olajuwori y Ewing intentaron dar el espectáculo. Olajuwon, el jugador más valioso de la liga esta temporada, ganó el primer combate con 28 puntos y 10 rebotes frente a los 23 y 9 de Ewing. Pero en realidad Ewing tuvo el apoyo de sus compañeros. El relevo fue constante.

La diferencia fue que Olajuwon tuvo apoyo ofensivo. Thorpe, uno de los aleros menos reconocidos, sumó 14 puntos y 16 rebotes. El ex madridista Herrera se reintegró después de una lesión para aportar 10 puntos y 3 rebotes. El Knicki, como siempre, tuvo problemas para encontrar la canasta. Encestá sólo el 34% de sus lanzamientos.