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Una Liga de perdedores

Luis Gómez

La Liga ACB acabó con prisas. No se recuerda una sentencia tan inapelable, una final resuelta sin apenas diálogo. Sabonis acapara todo el comentario. Él ha sido el gran protagonista, por no decir el único, de una temporada desconcertante para el baloncesto español. La Liga ACB ha vivido una fase final poco emotiva: su interés se ha diluido en los últimos tiempos bajo la sensación de que la competición ha entrado en una crisis de identidad. Es una Liga sin personajes. Mejor dicho, una Liga reducida a un solo personaje. Naturalmente, Sabonis, dueño y señor de esta su segunda Liga.La temporada se cierra según un reparto equitativo como pocas veces se había experimentado. Hay más ganadores que nunca, pero, al mismo tiempo, todos son perdedores. La Copa fue del Barcelona, la Liga Europea del Joventut y la Liga ACB del Madrid al tiempo que el Taugrés vivió su primer baño en la élite al disputar, consecutivamente, las finales de la Copa y la Recopa.

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Y, sin embargo, nadie es feliz. La Copa es un mal menor para un Barcelona que invirtió cientos de millones para resucitar su sección de baloncesto. La Liga Europea salvó al Joventut de la suspensión de pagos. Y el baloncesto madridista amordaza a sus detractores con la Liga ACB. Estos títulos huelen a sucedáneo.

La Liga que acaba de conquistar el Madrid da paso a una revolución agridulce. Es posible que Luyk deje su cargo. Es posible que Cargol, Kurtinaitis y Antúnez abandonen el equipo, así como que Biriukov continúe si acepta reducir su salario a la mitad.

El Madrid diseñó un proyecto alrededor de Sabonis, un equipo ganador, que devolviese a la sección de baloncesto a su posición natural. La operación ha sido un éxito, pero el balance no cuadra. A la hora de hacer números, los ganadores se convierten en perdedores. Ese es el dilema del baloncesto español.

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