_
_
_
_
_

El sospechoso suicidio de los hermanos Saincene

Los fallecidos habían asegurado que tenían pruebas de un caso de corrupción política en Francia

Enric González

El pasado 12 de mayo, dos hermanos fueron hallados muertos en un garaje del sur de Francia. Aparentemente, un doble suicidio. Pero los hermanos Fémand y Christian Saincene habían advertido a su familia y a un abogado que alguien podía intentar suicidarles antes de que lograran entregar a un juez las pruebas de que disponían sobre la financiación ilegal de un partido político. El juez Renaud- Van Ruyinbeque, especializado en perseguir el dinero sucio de los partidos, confirmó que los Saincene se habían puesto en contacto con él. Y agregó: "La corrupción política se está convirtiendo en un problema gravísimo para Francia".Femand y Christian Saincene murieron en el Var, la misma región mediterránea donde en marzo fue asesinada a tiros la diputada Yan Piatt, supuestamente por alguien que quería silenciar sus denuncias contra la corrupción. La investigación sobre la muerte de Piatt parece cambiar de dirección estos días ante la acumulación de indicios sobré la inocencia de los dos matones locales que permanecían detenidos por el asunto. La policía no ha logrado cazar al auténtico, culpable, pero sus pesquisas han confirmado lo que se sospechaba desde hacía tiempo: que el entramado político del Var flota sobre un lago, de corruptelas y connivencia con la mafia local. Y ahora, en una región apodada Var- West porque en ella parecen dominar las pistolas sobre la ley, aparece el caso Saincene.

La hipótesis del suicidio se ve respaldada en principio, por la autopsia. Según los forenses, los dos hermanos se tomaron un narcótico, se encerraron en un coche dentro del garaje y utilizando una manguera para conectar el tubo de escape con el habitáculo se dejaron morir por inhalación de gas carbónico. No se encontró ningún indicio médico que hiciera pensar en otra cosa. Pero fuera de la autopsia todo son dudas. Fernand Saincene se había visto implicado en 1992 en un sonado asunto de. fraude fiscal, aún en proceso, por el que y a había sido condenado Claude Gaudin, senador del Partido Republicano (conservador) y presidente regional de Provenza. Saincene estaba procesado como presunto intermediario de un grupo de empresarios y políticos, y el fiscal pedía para él una condena de cuatro años de cárcel. ¿Pudo inducirle eso al suicidio? ¿Y por qué también a su hermano Christian, ajeno por completo a esos asuntos?

Femand Saincene había advertido a sus padres y a su novia: "Si os dicen que he muerto por accidente o suicidio, no lo creais. Se tratará de asesinato". Los padres no creyeron, por tanto, la, tesis del suicidio, y presentaron una denuncia por doble homicidio. Fernand Saincene era conocido, sin embargo, como un hombre tendente a la megalomania y a la paranoia.

Pero, a pesar de todos los indicios ¿cómo logró introducir en la locura a su hermano, un hombre equilibrado del que no se conocían problemas personales ni económicos? El propio fiscal -encargado del caso, Jean-Marie Huet, comentó que se trataba de un acontecimiento rarísimo

El abogado de Femand Saincene, Yves Soulas, afirmó a su vez. que Christian, "un hombre ponderado", "no habría seguido jamas a Femand en un suicidio de ese estilo.

Carta a un juez

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El 1 de mayo, Femand Saincene remitió al juez Van Ruyinbeke una carta en la que afirmaba: "Sé que usted se interesa en la financiación oculta de los partidos políticos. Respecto a esa financiación oculta, tengo pruebas". Y añadía más adelante: "Actualmente, ayudado por mi hermano Christian, nos dedicamos a trasladar con frecuencia las pruebas en nuestro poder a fin de guardar su confidencialidad, de preservarlas y de preservamos a nosotros mismos".Van Ruyinbeke es un juez de Rennes (noroeste de Francia) que se ha hecho popular por su tenacidad en la persecución de las corruptelas financieras de los partidos. Su elección como depositario de las supuestas pruebas estaba, por tanto, justificada. Al conocer la muerte de los Saincene, hizo pública la carta y se mostró dispuesto a comparecer como testigo en la investigación sobre el presunto suicidio. Insistió una vez más en que la corrupción política estaba alcanzando un nivel "gravísirno".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_