_
_
_
_
_

Volkswagen vuelve a cambiar la cúpula de Seat para atajar sus fuertes pérdidas

Volkswagen volvió a cambiar ayer la mayor parte de la dirección de Seat designando tres nuevos vicepresidentes ejecutivos, todos ellos alemanes. Éste es el segundo cambio de dirección en Seat en apenas tres meses. Los nombramientos suponen un nuevo intento por remontar la grave crisis de la empresa, que puede cerrar el año con pérdidas próximas a los 100.000 millones de pesetas. El presidente del comité ejecutivo, Juan Llorens, continúa en el cargo, aunque cada vez más menguado de funciones.

El consejo de administración de Seat, presidido por Ferdinand Piëch, se reunió ayer en Barcelona. Piéch no compareció ante los medios para explicar los cambios en la empresa. Tampoco lo hizo el presidente Juan Llorens.El consejo nombró vicepresidentes de Seat a Jochen Schumm (personal), Lutz Claassen (Finanzas) y Barthel Schr5der (técnica). Cesan en sus cargos los hasta ahora vicepresidentes Peter Walzer (técnico) y Roland Schober (finanzas). El otro vicepresidente seguirá siendo el también alemán Detlev Smith, que continúa al frente de la división comercial. Esta división se considera en estos momentos la más importante con el objetivo de relanzar las ventas.

La sorpresa la proporcionó el nombramiento de Javier Álvarez, de 27 años, como nuevo director de compras. Álvarez entra también en el comité ejecutivo. Álvarez es un fiel colaborador de José Ignacio López de Arriortúa, con quien ha trabajado en la sede central de Volkswagen en Alemania y anteriormente en la General Motor, en Detroit. En estos dos sitios Álvarez ha aprendido de Arriortúa los métodos de ahorro de costes que han hecho famoso al ingeniero vasco.

Todos estos nombramientos se interpretan en medios del grupo como la voluntad del presidente de Volkswagen de enderezar la marcha de la filial. El portavoz de Seat, Rafael Casas, negó ayer que los cambios tengan que ver con exigencias de la Administración para conceder ayudas. El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, afirmó recientemente que Seat tenía un déficit de gestión.

La empresa acabó el año pasado con unas pérdidas de 151.000 millones de pesetas. Aunque las ventas están mejorando -Seat ha vendido un 18% más en el primer trimestre-, las previsiones para este año sitúan las pérdidas en torno a los 100.000 millones, según fuentes del grupo.

El objetivo inmediato de Seat es que la Administración central le ayude a pagar unas 6.000 jubilaciones anticipadas, 3.000 de estas jubilaciones fueron acordadas en diciembre pasado. La empresa quiere prejubilar a otros 3.000 empleados de los 4.600 que están en regulación de empleo.

Con estas reducciones, Volkswagen lograría una fuerte reducción del tamaño de la empresa. La plantilla quedaría en 11.000 trabajadores, cuando el año pasado era de 22.000, incluyendo la desgajada factoría de Landaben.

Por otro lado, los trabajadores de Fábrica Navarra de Automóviles (antigua planta de Seat en Pamplona) iniciaron ayer una huelga indefinida al no haber alcanzado un acuerdo con la dirección de la empresa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_