Asunción se va sin explicar al Parlamento la fuga de Roldán

"El nombramiento de Luis Roldán como director general de la Guardia Civil fue un gravísimo error". Antoni Asunción, el cesante ministro del Interior, lo reconoció así en un momento de su larga y patética comparecencia de ayer en el Congreso, donde todos los grupos le sometieron a un auténtico pim, pam, pum parlamentario. Asunción mantuvo el tipo, tratando de exculpar al presidente del Gobierno, Felipe González, y al vicepresidente, Narcís Serra, así como a su antecesor en el cargo, y se convirtió en un frontón contra el que se estrellaron todas las preguntas en tomo a la inexplicable fuga del ex alto cargo. Luis Ramallo, del PP; Antonio Romero, de IU, y Pilar Rahola, de ERC, pidieron la dimisión de González.

Ni siquiera el único dato ofrecido por Asunción en la comisión -que Roldán huyó después de estar diez días sin escolta- es exacto. El ex director general despachó a sus guardaespaldas sólo ocho días antes de desaparecer, según fuentes de la investigación. El ministro tampoco quiso revelar, pese a los múltiples requerimientos de los diputados, por qué aseguró el jueves pasado que el ex jefe del instituto armado estaba controlado.Asunción confió, sin embargo, a un grupo de periodistas, al término de su comparecencia, que incurrió en tal error porque ese mismo día le telefoneó Roldán y le prometió que al siguiente acudiría al juzgado. Esa conversación la mantuvo mediante un teléfono portátil desde la finca que la familia de su esposa, Blanca Rodríguez Porto, posee en Mombuey (Zamora), según dijo el dimisionario.

El ministro sugirió en la comisión parlamentaria que es posible que el fugitivo tarde incluso tres meses en ser capturado, explicando que tal tiempo es el habitual cuando el prófugo no es arrestado en las primeras 48 horas. "Técnicamente eso sería un éxito policial", afirmó en varias ocasiones, aunque asumió que su error político debe pagarlo con la dimisión.

Varios portavoces felicitaron al ministro por su gesto al pedir el relevo. El del grupo socialista, Ventura Pérez Mariño, le negó incluso ese elogio: "Desgraciadamente, no podemos felicitar al ministro dimisionario" porque su marcha "encubre una negligencia que ha habido en el Ministerio del Interior". Éste "debía haber agudizado su ingenio" para controlar a Roldán evitando la colisión con el derecho. constitucional de no ser perseguido sin orden judicial, razonó el diputado.

A partir de ahí, Pérez Mariño exigió a la oposición que les permita a los socialistas que sean ellos mismos quienes fijen el alcance político del escándalo. El ex magistrado aseguró que su grupo está "sobrecogido" por la situación, pero pidió: "Permítannos que las responsabilidades que de ello se deriven seamos nosotros los que modulemos en su momento cuáles son y cómo tenemos que responder de las mismas. O en último extremo", prosiguió, "permitan al pueblo español que pueda pedirnos responsabilidades", en clara alusión a una convocatoria electoral, si bien no aclaró si se refería a las próximas elecciones europeas, convocadas para el 12 de junio, o a unos eventuales comicios generales.

"Roldán debió ser vigilado más que nadie en España", acusó Luis Ramallo. "¿Cómo es posible que en siete años de mandato de Roldán no se encendieran las luces de alarma?", se preguntó Antonio Romero. "Llévese usted por delante a Roldán y a todos sus roldanitos", demandó Jon González de Txabarri, del PNV. "Esto ha pasado de opereta a esperpento y esperemos que no acabe en tragedia", lamentó Pilar Rahola. "Interior no ha pasado la transición", se lamentó Xabier Albistur, de Euskal Ezkerra, que exigió una "limpieza general" en el ministerio.