"Nadie podrá evitar las esculturas de Botero"
Una pátina invisible cubrirá las 21 esculturas de Fernando Bolero, que, desde el 12 de mayo y durante tres meses, vivirán en el paseo de Recoletos al socaire del viento y de esa lluvia inoportuna que se autoinvita a Madrid cada primavera. Tras París y Nueva York, esta ciudad es la tercera anfitriona de una muestra pensada para galerías tan diáfanas como los Campos Elíseos o la Quinta Avenida. Así, mientras sus orondas esculturas se lucen impávidas bajo la atenta mirada de la diosa Cibeles y un fuerte equipo de seguridad, el artista colombiano disfrutará de la feria de San Isidro en el ruedo de Las Ventas. Cruz Bilbao, su galerista en Madrid, reconoce que éste será el más complicado de los tres montajes. Aquí, los bronces vaciados en la fundición toscana de Pietra Santa tomarán por asalto al transeúnte, ya sea paseante o conductor. Un efecto diferente al conseguido en la iluminada capital parisiense o en la Quinta Avenida de Nueva York.
Pregunta. ¿Qué hizo Botero en sus dos últimas visitas a Madrid?
Respuesta. Han sido rapidísimas las dos. En la primera recorrió diferentes lugares hasta dar con el más adecuado y en la segunda fijó el punto exacto para cada escultura, ultimó detalles con los jardineros del Ayuntamiento, con los iluminadores, con los técnicos -con Caja Madrid, una de las entidades que patrocinan la muestra-, revisó la confección del catálogo y atendió a la prensa. Es un hombre muy dinámico y disfruta de Madrid en todas sus visitas. Esta ciudad le encanta.
P. Sobre todo en mayo, que h ay corridas de toros.
R. Bueno, a primeros de abril, justo antes de marcharse, estuvimos en Brihuega [Guadalajara] viendo torear a Joselito. De allí, prácticamente, se fue hacia el aeropuerto de Barajas.
P. Como galerista, ¿le preocupa sobre todo la seguridad de la obra?
R. La zona no va a plantear demasiados problemas, y está todo bastante previsto. Cada escultura lleva una protección para casos de pintadas, por ejemplo. Pero, es curioso, estadísticamente, el bronce es una de Ias materias que menos se dañan. La gente atenta más contra el plástico, por ejemplo.
P. Al Gato le han robado los bigotes en más de una ocasión.
R. Sí, por eso se hicieron varios bigotes de repuesto, que van atornillados al hocico del Gato. De todos modos, esa escultura no viene a Madrid.
P. Usted ha trabajado en lo que considera la capital del arte, Nueva York. ¿No prefirió seguir allí?
R. Después de pasar diez años en Estados Unidos, el proyecto de dirigir Malborough en Madrid me pareció interesante, tuve ganas y curiosidad, y no me he arrepentido en absoluto.
P. ¿Es el de galerista un oficio muy femenino?
R. Hasta hace diez años, los oficios relacionados con el arte se consideraban de segundo orden. Cuando cobraron importancia, ya estaban en nuestras manos.
P. ¿Estará en venta la obra?
R. Las esculturas pertenecen a Fernando Botero, pero, si alguien quiere comprar alguna, sólo tiene que ponerse en contacto con la galería.
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