Javier Oliván
Guarda y guía del refugio de Goriz, junto al monte Perdido, ha pasado las dos últimas noches vivaqueando en medio de la fuerte tormenta de viento y nieve que azota todo el macizo pirenaico, pero, en contra de lo que pregona dicha cumbre, ha sabido siempre dónde se encontraba. El experto montañero se lanzó a la búsqueda de Fernando Montserrat, el deportista que había desaparecido el pasado fin de semana cuando le fallaron las fuerzas durante una travesía por las inmediaciones del lago Marboré. Oliván trató de localizar al extraviado en medio de un fuerte viento de más de 100 kilómetros por hora, que le arropó durante todo el tiempo y que impidió participar en la búsqueda a los grupos especiales de la Guardia Civil destacados en la zona.
El guía se vio obligado a abandonar la montaña a primeras horas de la tarde de ayer, descendiendo por una peligrosa pared del valle de La Pineta, en la parte opuesta a su ascenso, con graves problemas a causa de la gran cantidad de nieve y el riesgo de aludes. A su llegada a zona segura, su única aspiración era conseguir "una buena cerveza".-
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