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Virgen, 'okupas' y pisos

El Ayuntamiento prepara la expropiación del santuario de Valverde y recalifica la finca para edificar en el recinto

No es nuestra señora de la autopista, aunque podría parecerlo. El santuario de la Virgen de Valverde, patrona de Fuencarral, se ha quedado a orillas de la autovía de Colmenar (kilómetro 13,6) y pronto lo estará también de la M-40. Arte y ruina junto al asfalto. La Hermandad de Valverde está acabando de rehabilitar la iglesia, del siglo XVIII, aunque la tradición es del XIII, pero en el resto del recinto, el convento de los dominicos y el palacio de los marqueses de Murillo se hunden a pedazos. La finca (65.000 metros cuadrados) es de propiedad privada, pero el Ayuntamiento piensa expropiarla y permitir construcciones en una zona. Con las plusvalías se rehabilitarían los caserones. "Nosotros no nos sentimos okupas. Si lo fuéramos, ya nos habrían echado, porque llevamos más de 750 años viniendo a este lugar, que es donde apareció nuestra Virgen. De aquí no nos echa nadie", advierte el presidente de la Hermandad de Nuestra Señora de Valverde, Dionisio Arévalo.La verdad es que nadie lo ha intentado, aunque, según cuenta Arévalo, cuando se celebra el día de la Virgen, el 25 de abril, siempre aparecen los dueños de la finca a ver cómo va la cosa. "Les damos pan y queso, como a todos". Y es que ésa es la tradición de la patrona de Fuencarral: un bocadillo para ganar indulgencias.

Las indulgencias económicas municipales, junto con las aportaciones de los fieles, han permitido la rehabilitación del templo desde hace casi cinco años. Cuatro obreros trabajan aún en la parte trasera de la iglesia. Ya se han invertido más de 40 millones de pesetas en los trabajos.

Los miembros de la hermandad suspiran cuando ven las ruinas que rodean a la ermita. "Si por nosotros fuera, esto estaría en condiciones", asegura Arévalo. Pero por ellos no puede ser. La finca y sus caserones tienen dueño. "Hubo litigios desde muy antiguo. Ahora, los abogados del Arzobispado están intentando reabrir el pleito", explica el párroco de Fuencarral, Fernando Fernández Martín.

Sin embargo, el asesor jurídico del Arzobispado, Manuel Molina, se apresta a matizar: "De momento sólo estamos estudiando la documentación sobre el caso. Hay legajos muy antiguos, y no está claro lo que pueda resultar de la investigación".

El asesor no se manifiesta sobre la titularidad del recinto. "A nosotros no nos consta que esté acreditada la propiedad, tercia el encargado de cultura de la Junta Municipal de Fuencarral, Luis Bordas.

Sin embargo, el presidente de la junta, Miguel Martín Vela, quita hierro a ese problema: "Quienes dicen ser propietarios de la finca nunca lo han demostrado fehacientemente. Como tenemos previsto expropiarla, tendrán que venir con los papeles".

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De la mano de la revisión del plan general de ordenación vendrá la recalificación de la finca como suelo urbano, añade. Al concejal le gustaría ver rehabilitados los edificios (con las plusvalías obtenidas) y construidos otros nuevos. "La finca pasaría a ser suelo urbano, y ¿por qué no construir en la parte de abajo un geriátrico?", se plantea.

"La finca está registrada y bien registrada", asegura el abogado de los propietarios, las familias Reinoso Berrocal y Arenas Reinoso. El letrado, que pide anonimato, señala que este derecho viene desde Felipe II. Añade que también la iglesia es de sus clientes, si bien "el culto está autorizado por la propiedad". "No nos han avisado de ninguna expropiación", matiza.

Robos y 'yonquis'

Dueño, haylo. Deterioro, también. En el antiguo convento de los dominicos luce aún una arquería espléndida en el claustro. No tiene tejado, igual que el palacio de los marqueses de Murillo. "Del palacio han robado el balcón, la barandilla y una reja, todo de hierro forjado", se lamenta Jesús de la Fuente, un hombre jubilado que dedica buena parte de su tiempo a cuidar la iglesia.No ha sido el único mal. "También nos han robado el cepillo de la iglesia varias veces", asegura este hombre, que ha logrado blindar la hucha. De vez en cuando, también encuentra jeringuillas en los alrededores.

Nada tiene que ver este panorama con una tradición que ya supera los siete siglos y medio. Según se cuenta, una pequeña estatua de la Virgen, posiblemente de origen bizantino, apareció aquí entre unas retamas el 25 de abril de 1242. Los pastores que la hallaron la llevaron a la iglesia de Fuencarral, pero, por tres veces, la Virgen se escapó a Valverde. Cada año se lleva la imagen en procesión al antiguo pueblo, donde permanece desde la fecha del hallazgo hasta el 3 de mayo. Valverde tiene una de las pocas romerías que sobreviven en Madrid.

Felipe II, a petición del concejo local, aceptó el patronazgo real y a finales del XVI se autoriza a los dominicos para fundar aquí un monasterio. Los marqueses de Murillo ampliaron la iglesia en el XVI[H.

La historia deja también sus zarpazos en Valverde: cuartel de las tropas francesas, expulsión de los dominicos, dependencia militar tras la guerra civil. Durante la contienda española se produce además otra pérdida: la desaparición de la talla de la Virgen. "Estamos seguros de que aún está enterrada por aIguien que quiso protegerla", dice Arévalo, "algún día aparecerá sin duda". Aunque una réplica preside el altar, la devoción no decae.

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