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Disparate

Ángel S. Harguindey

El mundillo cultural madrileño anda revuelto. Dicho de una manera más rotunda: bordeando el disparate. Valga una muestra: días atrás un Premio Nobel de Literatura arremetía contra un escritor joven y le recomendaba unos enemas con una infusión templada de salvia y matalahúga para el esfinter, a la vez que le sugería que se adobara los cuernos con vaselina para rebajarles la calentura. Es lo que el diario en que se publicaron dichas recetas domésticas no dudó en calificar de "comentario literariamente genial", lo que a su vez remite a un peculiar concepto de genialidad en el que el esfinter parece ser el impulso esencial.Una duda estrictamente personal es la de saber si el calificativo de genial de la Pavana del Premio Nobel es asumido por él mismo o se trata de una inspirada apreciación del director de la publicación que, como se verá, tenía lo que los flamencos llaman el tono. "Bajó Cela del Olimpo y se encendió el crepúsculo de los dioses con las viejas y olvidadas llamas de la agresión literaria" explicaba el anónimo autor del texto (anónimo pero con poderío metafórico en honor a la verdad).

Quizá sea esa sorprendente reivindicación de la genialidad anal la que explique, en parte, el deseo de Jorge Oteiza de irse a Chile y Argentina a sus 86 años de edad: "...muero aquí de hambre de justicia, de impotencia ante el genocidio cultural ya consumado con la indiferencia de un país derrotado, concluido...". Ciertamente el escultor se refería al País Vasco pero tampoco sería insólito que ampliara su lamento al resto de España. Comprobado que se puede alcanzar el Olimpo con el dominio del herbolario y las lavativas, una de las opciones más sensatas es la de irse a Santiago de Chile, por lo menos.

En todo caso, y volviendo al comienzo, el mundo cultural está revuelto, casi desquiciado: ¿cómo explicar sino que el tan citado diario insista en afirmar que "en los próximos días no se hablará de otra cosa en la república de las letras"? ¿Por qué mencionar regímenes que si, es verdad, cumplen el requisito de democrático también lo es que están superados constitucional mente? ¿Por qué mentar la bicha? ¿No sería más apropiado hablar del reino de las letras? A nuestro juicio no estuvieron muy finos los del diario monárquico calificando de genialidad lo de la vaselina y el esfinter y situándolo en un contexto político -el republicano- tan distante de sus propias convicciones políticas. Un disparate.

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