La Guardia Civil cree que el secuestro de Feliu fue una venganza por un negocio familiar en, MáIaga
La Guardia Civil dispone de pistas que pueden conducir en breve a la detención de algunos de los implicados en el secuestro de la farmacéutica Maria Ángels Feliu, que pudostar cautiva en la población de Manlleu (Osona), según fuentes próximas al caso. Los investigadores se mostraban ayer bastante optimistas, aunque no revelaron más datos para no entorpecer las pesquisas, que se hallan en "un momento caliente". Una de las hipótesis que manejan apunta que el móvil del secuestro fue una venganza hacia la familia de la farmacéutica por algunos negocios inmobiliarios en Andalucía.
En el sumario instruido por el juez Santiago Pinsach figura precisamente la autorización para pinchar los teléfonos de una empresa constructora de Málaga con la que Tomás Feliu, hermano de Maria Ángels, mantiene contactos mercantiles relacionados con la compra de unos terrenos en Estepona (Málaga).De acuerdo con la referencia sumarial, el importe de las transacciones por aquellas operaciones inmobiliarias ascendía a 500 millones de pesetas, una cantidad que despertó las suspicacias de la Guardia Civil por coincidir con una de las cantidades solicitadas por los secuestradores en una de las primeras llamadas telefónicas. El juez autorizó las escuchas por existir "indicios de actividades ilícitas". Medios de la investigación señalaron entonces que las relaciones de esta empresa con los Feliu fueron conflictivas.
El secuestro de Maria Ángels presenta por su duración similitudes con el que sufre Anabel Segura, la joven madrileña que el próximo 12 de abril cumplirá un año en cautividad y cuya familia había tenido también relación con la Costa del Sol. Por ello, inspectores de Homicidios de Madrid y Barcelona se desplazaron ayer a Olot para seguir el desarrollo de la investigación. "No creemos que sean la misma banda, sino que los secuestradores han estudiado en la misma escuela", señaló una fuente policial, informa Efe.
Una banda de delincuentes profesionales muy bien organizados, entre los que presuntamente hay alguno de origen francés, cometió el secuestro de María Ángels, según las primeras pesquisas. Este grupo pudo ser contratado para llevar a cabo el secuestro. La farmacéutica manifestó al juez que uno de los hombres que la vigilaron durante los 16 meses de cautiverio utilizó en alguna ocasión expresiones francesas.
Fuentes policiales se han mostrado "plenamente convencidas" de que la familia Feliu ha satisfecho al menos parte del dinero del rescate y que éste se ha pagado utilizando canales que no estaban controlados por la Guardia Civil: a través de diversas empresas, y "no por el conducto del dinero en el maletín". Los contactos con los secuestradores estuvieron interrumpidos durante meses, pero se reanudaron en las fechas previas a la liberación. El pago del rescate se ha hecho siguiendo las recomendaciones de una empresa británica especializada en casos de secuestros que la familia contrató meses atrás.
El portavoz de los Feliu, el abogado Joan Capdevila, manifestó ayer que la imprevista puesta en libertad de la víctima se debió a que "los secuestradores ya no podían aguantar más el secuestro". Y añadió: "Era lo más civilizado que podían hacer".Cautiverio
Los investigadores sospechan que la víctima pudo estar secuestrada, durante los 492 días en que permaneció cautiva, en la zona de Manlleu, una población de unos 16.000 habitantes situada a unos 30 kilómetros de Olot.
La Guardia Civil interrogó ayer en su domicilio de Olot, durante más de tres horas -desde las 11.00 hasta las 14.30-, a Maria Ángels Feliu. La farmacéutica reconoció su voz en la cinta que recibió su amiga Carme Colom el 2 de diciembre de 1992 y en las llamadas telefónicas -que fueron grabadas por los investigadores- en las que imploraba a su familia que hiciera efectivo el pago del rescate. Por el contrario, Maria Ángels no reconoció las voces de Xavier Bassa ni de Joan Casals, que permanecen en prisión procesados por el secuestro.
Ante la Guardia Civil, la farmacéutica declaró que en la madrugada del domingo, el día de su liberación, fue introducida en un automóvil, con la cabeza cubierta por una capucha, sin que, como en el caso de otras personas que han sido secuestradas, le inyectaran ningún somnífero. Maria Ángels notó que el automóvil circulaba a poca velocidad.
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