"Estamos listos para ser partido de poder"

Marco Formentini, de 63 años de edad, se convirtió en junio de 1993 en el alcalde de la más importante ciudad conquistada por la Liga Norte. Su gestión está siendo contestada e incluso se atribuyen críticas a su máximo líder, Umberto Bossi, que, según recoge la prensa, le ha recomendado que salga más a la calle, deje su vehículo blindado, utilice los transportes públicos y se mezcle con la gente. Formentini dice que estas acusaciones son falsas, inventadas por la oposición.Funcionario de la Comunidad Europea en sus albores (entre 1956 y 1968), fue luego secretario general de la región de Lombardía hasta 1975, para pasar en esa fecha a asesorar a empresas privadas del sector de la siderurgia. Cree firmemente en el liberalismo económico y en el futuro de la Liga Norte.

Sobre las críticas a su gestión, dice que "sólo responden a las esperanzas de la izquierda y de un sector de la prensa, en especial de La Repubblica, ligadas al viejo sistema, de que fracase esa gran novedad que es la Junta de la Liga". Es más, Formentini considera que Milán es la única entre las grandes ciudades que ha progresado. "En ocho meses hemos logrado bloquear el deterioro de la ciudad, frenar la especulación, la contaminación. En ese espacio de tiempo hemos convertido Milán en una ciudad más ordenada, más limpia y hemos recuperado instituciones culturales tan importantes como el Piccolo Teatro. Además hemos iniciado el proceso de privatización de servicios municipales".

Cuando se le recuerdan las críticas dirigidas a él atribuidas a Bossi reponde: "Una vez más se trata de una rotunda falsedad; se le atribuyen dichos que no son suyos. Le conozco y sé que está contento con la gestión milanesa". Considera falsas también las aseveraciones de que el rápido éxito de la Liga no ha permitido a los federales formar una clase administrativa a la altura de sus conquistas electorales. "Tenemos", dice, "grandes profesionales muy competentes, más incluso que los de los partidos, y más honestos además. Antes eran incapaces y deshonestos. Estamos listos para ser partido de poder como hemos demostrado con nuestra capacidad administrativa". Resalta la necesidad de una mayor autonomía para los municipios en el marco de un Estado federalista.

Se muestra optimista sobre el resultado de las próximas elecciones. Con guasa dice que ganará Bossi porque el director del diario La Repubblica está en su contra: "Scalfari lleva el infortunio a quienes apoya".

Sobre la alianza con Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia, apunta que es una necesidad que impone el nuevo sistema electoral. Pero quiere resaltar las diferencias entre ambas formaciones, una vez establecido el punto de comunidad entre ambas, el liberalismo económico. "Hay personas que quieren el cambio en este país, pero no saben cómo lograrlo. Por eso siguen espejismos, como fue primero el de Segni y su centro político, que se ha revelado como una nadería. Luego llega Berlusconi con un movimiento que no tiene organización; nosotros, sí. Tenemos objetivos comunes, pero debemos estar atentos porque en Forza Italia hay gente del antiguo régimen que se está reciclando. Que no se nos confunda".

Con respecto a la eventualidad de que Berlusconi crezca a costa de la Liga, dice que ése es un riesgo que hay que correr. "Hemos hecho un pacto y somos leales a él. En él se establece que el 70% de los candidatos son nuestros y el 30% de él y de sus aliados".

No obstante cree que el electorado de Berlusconi se nutrirá más bien del voto que antes iba al pentapartido (democristianos, republicanos, liberales, socialistas y socialdemócratas) e incluso de los ex comunistas de Occhetto, más que del que pueda "robar" a la Liga. Formentini no oculta su disgusto por el pacto que Berlusconi ha alcanzado con los ex fascistas en el sur de Italia: "Debería haber sido más valiente y no buscarse esa compañía".