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El Maravillas sigue como teatro y el Alfil recibe a sus socios

Luis-García Ramos, propietario del teatro Maravillas, aseguró ayer que su teatro no se va a cerrar para convertirse en una macrodiscoteca. "No conozco a ningún insensato que rehabilite un teatro, lleve a los Reyes a su local y, al poco tiempo, lo transforme en otra cosa", afirmó el empresario.Hasta hace unos días, García Ramos tenía arrendado el local al empresario teatral Salvador Collado, que se encargaba de la programación. Sin embargo, no han llegado a un acuerdo económico y el contrato no ha sido renovado. Collado indicó ayer: "Ignorarnos lo que García Ramos va a hacer con el edificio, pero sabemos que es un amante del teatro".

Collado no aceptó pagar los dos millones de pesetas mensuales de alquiler que pedía García Ramos para la renovación del contrato. No obstante, se ha ofrecido como intermediario ante otras compañías para que la programación del Maravillas no se detenga. En estos momentos Collado no tiene producción propia. García Ramos no ha aceptado ese ofrecimiento, pero está abierto a otras propuestas que se le planteen con vistas a utilizar su escenario.

El Teatro Maravillas estuvo precintado el pasado verano por Proteccion Civil. La Comunidad de Madrid, le concedió una subvención de ocho millones de pesetas para reparar sus deficiencias.

Otro teatro polémico, el Alfil, abre hoy sus puertas, a las 12.00, para informar del contenido de la campaña de solidaridad emprendida por su dueños para salvarlo. Al acto asistirán los primeros nuevos accionistas, entre los que se cuentan Luis Eduardo Aute y Joaquín Sabina.

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