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XXXIII CONGRESO PSOE

Doce veteranos dirigentes del PSOE pactan garantizar la paz en el partido tras el congreso

Anabel Díez

Impedir a toda costa la división del PSOE tras el congreso. Ésa es la consigna de una docena de veteranos dirigentes socialistas, guerristas, renovadores e integradores, que se juramentaron la noche del jueves para mover los hilos con el fin de evitar que el partido quede debilitado o profundamente dividido tras el congreso. Cada uno de ellos pondrá el máximo esfuerzo para contribuir al buen funcionamiento organizativo y a que las discusiones transcurran con normalidad, sin renunciar a la confrontación, pero sin sobresaltos que puedan llevar a situaciones ingobernables. El ex ministro del Interior José Luis Corcuera y el titular de Asuntos Exteriores, Javier Solana, fueron los promotores de esta reunión.

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Felipe González dio el visto bueno a esta iniciativa y se mostró satisfecho por el talante de los asistentes a la reunión, que se prolongó hasta las cinco de la madrugada en un restaurante vasco de Madrid. Alfonso Guerra también fue informado del encuentro de estos doce hombres buenos, que se repetirá esta semana con la asistencia de Ramón Jáuregui, secretario general de los socialistas vascos, que no pudo asistir al anterior por estar de viaje.Los reunidos se caracterizan por su talante dialogante y la certidumbre de poder acordar las cuestiones esenciales. Otros políticos caracterizados por su virulencia han sido excluidos. González aprobó la convocatoria "porque sabía que iba a contribuir a eliminar muchos problemas para el congreso", según uno de los asistentes.

En torno a la mesa se reunieron José Luis Corcuera, ex ministro del Interior (integrador); Javier Solana, ministro de Asuntos Exteriores (renovador); Txiki Benegas, secretario de organización del PSOE (guerrista); Joaquín Almunia, ex ministro de Administraciones Públicas (renovador); Francisco Fernández Marugán, secretario del área económica (guerrista); Ralmon Obiols, primer secretario de los socialistas catalanes (renovador); Francisco Vázquez, alcalde de La Coruña (guerrista); Jesús Quijano, secretario general de los socialistas de Castilla y León (renovador); Juan Carlos Rodríguez Ibarra, presidente de Extremadura (guerrista); Manuel Chaves, presidente de Andalucía (integrador); Joan Lerma, presidente de Valencia (integrador), y Luis Martínez Noval, secretario general en Asturias (guerrista).

Muchos de ellos han participado en duras peleas en sus federaciones, y por la virulencia alcanzada son conscientes de que el enfrentamiento y la división en las bases es demoledor para el partido. Saben que si el congreso no se conduce de manera ordenada, aunque sin renunciar a la confrontación, los incendios se avivarán en cada congreso regional, con lo que la bronca estará asegurada hasta las elecciones europeas y andaluzas.

En ese clima de guerra, la vida en las federaciones será de permanente conflicto durante tres años, ya que si se prescinde del consenso y se acude a las listas enfrentadas, las direcciones serán elegidas de manera muy ajustada o con una fuerte minoría en contra.

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"De ahí a perder toda credibilidad en la sociedad no hay ni un paso", concluye uno de los asistentes. De peleas saben bastante. Francisco Vázquez se ha tenido que batir con Antolín Sánchez Presedo. La delegación gallega irá dividida, con 41 delegados partidarios de Vázquez y 12 renovadores.

No es el caso de Joan Lerma, cuya delegación única preside, ni la del vasco Ramón Jáuregui, pero sí la de Javier Solana y Joaquín Almunia, quienes vivieron la virulencia desatada en la delegación de Madrid, que está dividida, aunque con mayoría renovadora.

Los congregados hablaron del sistema de votación; de la representación de las mujeres -ninguna en esa reunión y Pobremente representadas en este congreso, ya que, con sólo un 15% de delegadas, se incumple la recomendación del anterior congreso de llegar al 25%-; del modelo autonómico, y de la necesaria transferencia de funciones y servicios de las comunidades a los ayuntamientos.

Algunos asistentes pusieron sobre la mesa las objeciones que en sus respectivas federaciones se está poniendo a la posibilidad de que la elección de la ejecutiva se haga mediante lista bloqueada.

En esa misma reunión, en la que no se habló de la composición de la ejecutiva, se trasladó la impresión de que Felipe González iba a recibir a todos los secretarlos regionales o a los cabezas de cada delegación.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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