El corazón del Leganés salva un punto
La casta del equipo de Duque iguala la exquisitez del hijo de Cruyff
El Barcelona pisó Leganés con un temerario pedigrí: dos jugadores extranjeros con los que Cruyff ha contado para el primer equipo (Ekelund y Vucevic), otros tantos con familiares ilustres (el hermano de Baquero y el hijo del entrenador azulgrana Johan Cruyff y jóvenes con el pasaporte para sustituir en breve a los Koeman, Amor y Begiristain (óscar, Eduardo y Quique Martín). Ante este portento de calidad, el entrenador del Leganés, Luis Ángel Duque, decidió responder con la misma medicina: alineó desde el primer minuto a Vivar, el jugador de mayor calidad del equipo al que el entrenador pepinero había castigado al banquillo en los últimos partidos por su falta de garra.El minuto 10 le dio la razón a Duque: una excelente jugada entre Chuso y Vivar acababa en la red. Los jugadores azulgrana apenas habían entrado el juego. Cuando lo hicieron, pronto se pusieron por delante en el marcador. Entonces fue cuando Duque cambió de argumento y apeló a lo que más le va a su equipo garra, casta y lucha. En definitiva, salió el corazón del Leganés y salvó un punto.
El Barcelona es un equipo valiente. Sigue los pasos de los mayores y por eso es un rival agradecido: hace pocas faltas, no es muy disciplinado en defensa y deja jugar. Pero también juega, y muy bien. Aunque el gol de Vivar fue muy tempranero, no se vino abajo el equipo de Luis Costas. Hizo su juego como si nada, a la espera de la exquisitez de sus hombres.
El flequillo de Jordi, el hijo de Cruyff, puso aquello en tablas Pero la evidencia era una losa para el Lega. El Barcelona es uno de los equipos más técnicos de Segunda. Se sucedieron las oportunidades de los visitantes hasta que en el minuto 49 llegó el segundo gol. Fue cuando Duque lo vio claro y se encomendó al corazón del Leganés, principal argumento de este equipo.
El bregador Alfredo salió por el técnico May y el Lega comenzó a jugar sobrado de revoluciones. En 15 minutos encadenó tres ocasiones de gol propiciadas por el empuje de unos jugadores que volaban ante las arengas de su entrenador: "Venga, a sacar la casta". El gol era cuestión de minutos. Cuando llegó el empate, todavía quedaban 15 minutos. El Lega podía apostar por seguir ese ritmo trepidante para buscar el gol de la victoria con el riesgo de recibir el mazazo del cotraataque visitante. Pero el Barcelona habló primero al conformarse con el empate. El Leganés suma un punto y, aunque éste venga acompañado de un negativo,. el peligro de rival hace que sea un paso adelante en la conquista de la permanencia.
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