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El Grupo de los Siete reprende a Japón por sus escasos esfuerzos para abrir su mercado

El ministro japonés de Finanzas, Hirohisa Fujii, no ha podido convencer a sus socios del grupo de los siete países más industrializados (G-7) de la voluntad de Tokio para abrir sus mercados y reducir el superávit de su balanza comercial, sobre todo con Estados Unidos. El secretario del Tesoro norteamericano, Lloyd Bentsen, que se reunió con Fujii en el prólogo de la reunión que el G-7 celebró ayer en Kronberg (en las inmediaciones de Francfort), aseguró que "EE UU sigue considerando insuficientes los esfuerzos de Japón para corregir su enorme excedente comercial".

Funcionarios de la delegación estadounidense manifestaron que Bentsen expreso senas dudas sobre el cumplimiento de las promesas de Japón de incrementar su consumo interno y reducir el superávit en las relaciones comerciales con EE UU. Las mismas fuentes dijeron estar estar muy preocupadas por la falta de compromiso japonés. En el transcurso de la reunión entre Bentsen y Fujii, la primera entre ambas potencias tras el fracaso de las negociaciones el 11 de febrero, se analizaron vías alternativas para garantizar la entrada de productos estadounidenses al mercado japonés, bien a través de cuotas, como ha venido defendiendo Washington, o mediante acuerdos multilaterales.La delegación japonesa aseguró, por su parte, que Hirohisa Fujii, dio garantías a Bentsen de que antes de finales de marzo habrá establecido un plan de cuatro plintos para corregir la situación. Según un portavoz nipón, el superávit comercial de Japón -medido en yenes y no en dólares- se ha reducido en 1993 por primera vez en tres años y el Gobierno japonés está decidido a continuar con los esfuerzos para disminuirlo. todavía más.

Oficialmente, las dos delegaciones han calificado de "productivo" el encuentro, en el que repasaron todas las cuestiones en conflicto. El portavoz norteamericano señaló que "Japón y EE UU quieren contribuir al crecimiento de la economía mundial y a la disminución del desempleo" y, en ese sentido, el mantenimiento de las promesas japonesas de apertura comercial es fundamental. La disputa entre las autoridades económicas de Tokio y Washington marcó el debate posterior entre los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales del G-7 (Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y Canadá, además de Japón y EE UU). El ministro italiano de Economía, Piero Barucci, aseguró que "Japón intenta maniobrar, pero de rnomento los resultados son mínimos".

La reunión analizó también los esfuerzos de los países más industrializados para reactivar la economía mundial. Un portavoz alemán señaló no hay necesidad de estudiar los problemas de las divisas, en referencia a la demanda japonesa de conseguir una mayor estabilidad para el yen, que en las últimas semanas ha llegado a apreciarse un 6% con motivo de las disputas comercial con EE UU. La delegación alemana manifestó, además, que la política monetaria del Bundesbank tampoco ha sido asunto central de los debates. Mientras que EE UU considera que los países europeos deben reducir más los tipos de interés, Alemania cree que sus tipos a largo plazo son ya muy bajos.

El G-7 aprobó un nuevo paquete para aplazar la deuda de Rusia de forma que Moscú pueda seguir adelante con el proceso de reformas económicas que ha exigido el G-7 para mantener las ayudas. Los ministros rusos de Finanzas y Economía, Serguéi Dubinin y Alexander Schochin, y el presidente del Banco Central de Rusia, Victor Geraschtschenko, explicaron al G-7 la aplicación de los planes de reforma y los esfuerzos que realizan.

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