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¿Dónde está Gregorz?

La peculiar huelga del futbolista polaco Lewandoski en Logroño

Gregorz Lewandoski estaba comiendo y sin encomendarse a Dios ni al diablo, sin someterse a una asamblea, decidió hacer huelga. Una huelga particular.Tres horas después de esa comida en común con la plantilla, su equipo, el Logroñés, jugaba en Las Gaunas contra el Rayo. Después de la charla táctica, Lewandoski, que no quería calentar banquillo, se subió a su coche, y, en vez de tirar hacia Las Gaunas, se desvió en el primer cruce y se fue a su casa, a pasar la tarde del domingo tumbado en el sofá. Y no sólo el día festivo. Ayer mismo, tampoco se presentó al entrenamiento. La directiva ya ha dictado una orden de búsqueda y captura. "Es una tomadura de pelo y tomaré medidas drásticas", amenaza Marcos Eguizábal, presidente del Logroñés. Presuntamente, el futbolista está en su casa, donde su mujer, Barbara, le anima a volver al tajo, pero sufre cierta animadversión hacia los teléfonos y oficialmente en su casa no hay nadie.

Disciplina

El futbolista polaco lleva sólo dos meses en la capital de La Rioja, pero su comportamiento último no ha extrañado a casi nadie en la ciudad. Ya hace más de un mes el jugador amenazó con abandonar la disciplina del club si no se atendían sus pretensiones. El domingo, simplemente, dio un paso más.

Lewandoski se siente estafado. Lo que no sabe es por quien. Públicamente acusa a una red de intermediarios alemanes y polacos que le prometieron el oro y el moro -una tajada de los 40.000 dólares (unos cinco millones de pesetas) que el Logroñés abonaba al Wisla por su cesión hasta el 30 de junio- y que le han dejado con las manos en los bolsillos. Y ahora quiere que e equipo riojano le arregle la papeleta: exige al club de Marcos Eguizabal un millón de ficha, billetes para viajar él y su familia y el pago de las facturas de restaurante. Directivos del Logroñés han intentado desentrañar la madeja y no han podido esclarecer el lío. El club asegura cumplir lo pactado: paga entre 500.000 y 600.000 pesetas mensuales, la vivienda y el coche del polaco.

El intermediario polaco que le llevó a España desde el TSW Wisla de Cracovia -primera división polaca- se quedó con una cantidad que correspondía al jugador. Es el argumento de un futbolista polaco cuyo juego no ha encandilado especialmente. Tengo problemas más importantes en que pensar dijo ayer el entrenador, Carlos Aimar.

El presidente del Logroñés, que no entiende la actitud de Lewandoski, sólo le prometió una mejora del contrato, siempre en función de su rendimiento. A Lewandoski se le presenta un futuro incierto. El Logroñés ha notificado a la Liga Profesional, la FIFA y la UEFA el comportamiento de este jugador en los últimos meses por los problemas que pudiera tener para el club.

El problema para el impulsivo polaco es que no encuentra la forma de dar marcha atrás, según cuenta su representante español, José Rey. "Tengo mi honor", dice Rey que le dijo el polaco. "Su problema es que no se fía de nadie y quiere un documento firmado por Eguizábal en el que se comprometa a mejorar su contrato". "No es de recibo que pida más", responde el presidente. "Él sabía lo que firmaba. Lo que ha hecho es una falta muy grave y tiene los días contados en el Logroñés".

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