Jansen cogió su último tren
El norteamericano Dan Jansen, el patinador sobre hielo más rápido del mundo, cogió ayer su último tren olímpico. Tras fallar el lunes por un resbalón en los 500 metros, la prueba más veloz, sólo le quedaba la última oportunidad del kilómetro para conseguir la medalla que nunca había logrado.Era toda una estrella maldita que lo había conseguido todo en el patinaje, títulos y récords mundiales, pero los Juegos eran para él una maldición. En Sarajevo, hace diez años, con 18 de edad, acabó 160 en los 1.000 metros y cuarto en los 500. En Calgary 88, agobiado por la muerte de cáncer de su hermana Jane, se cayó en las dos pruebas, y en Albertville 92 fue sólo 260 del kilómetro y quedó de nuevo en un frustrante cuarto lugar en los 500.
Su caso iba a pasar como uno de los más injustos y lamentables de la historia olímpica. Como aquellos grandes campeones que fallaron en el gran momento. Incluso le faltaba el homenaje de dedicar el triunfo a su hermana que tanto le había apoyado. Su mujer y sus padres se llevaron ya el lunes el gran disgusto del medio kilómetro en las mismas gradas, mientras su pequeña hija de unos meses dormía plácidamente. Un nuevo error ayer hubiese sido todo un drama familiar. Jansen, de 1,80 metros y 88 kilos, con unas piernas potentísimas, es mejor especialista de 500 y sólo había preparado concienzudamente los 1.000 para estos Juegos. Ni siquiera tenía el récord del mundo, en poder del canadiense Kevin Scott, con 1.12.54 minutos. Sólo conocía mejor el terreno porque había sido el más rápido, 1.13.0 1, en la pista olímpica de Hamar al ganar en diciembre las pruebas de Copa del Mundo.
Pero esta vez no falló, y además batió con 1.12.43 minutos, a 49,70 kilómetros por hora, el récord del mundo. Jansen ya está acostumbrado a esas velocidades. En sus recientes 35.76 segundos, plusmarca mundial de los 500 metros obtenida en los Mundiales de Calgary, patiné a 50,335 kilómetros por hora. En el podio, tras recibir la ansiada medalla y nada más terminar el himno, miró a lo alto e hizo un gesto con la mano. "Va por ti, Jane, hermana", dijo.
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