Noruega y Rusia arrasan en el medallero
Las norteamericanas Kerrigan y Harding se entrenaron juntas sin dirigirse la palabra
Los Juegos de Lillehammer ya tienen varios puntos muy marcados a los seis días de su comienzo. Mientras ayer se empezaron a entrenar juntas, casi sin mirarse, las patinadoras norteamericanas Nancy Kerrigan y Tonya Harding, las sorpresas siguen presidiendo el esquí alpino con la victoria del veterano alemán Markus Wasmeier en el supergigante. En el resto de modalidades, sin embargo, se cumplen casi religiosamente los pronósticos. Rusia y Noruega mandan gracias a sus fondistas y patinadores, la primera con sus mujeres y la segunda con sus hombres. Los españoles siguen de los últimos en esquí alpino y de la mitad para atrás en el fondo.
El esquí alpino, el deporte rey de los juegos invernales aunque sean en Noruega, está llevando al extremo su tradición de romper fácilmente los pronósticos olímpicos. Tres pruebas disputadas ya y otras tantas sorpresas. Los dos descensos vieron los triunfos de los norteamericanos Tommy Moe y Dianne Roffe, y ayer, en el supergigante masculino se impuso el alemán de 30 años Markus Wasmeier. Plata en Calgary 88, donde fue también cuarto en la combinada y sexto en el descenso, que sólo había logrado subir a lo más alto del podio en el gigante de los mundiales de Bormio (Italia), en 1985. Pero ahora ha cogido el último tren, que se le volvió a escapar, por ejemplo, a Marc Girardelli, el plusmarquista de copas del mundo, ayer cuarto. 0 nuevamente al líder noruego, Kjetil Andre Aamodt, plata en el descenso, y que se debió conformar con el bronce porque el norteamericano Moe mostró su forma y sumó otra plata.Aamodt, aunque le faltan la combinada, el eslalon y el gigante, tiene cada vez más difícil quitar el ya tradicional protagonismo noruego a los patinadores o a los esquiadores de fondo. Johann Olav Koss, tras ganar el miércoles su segundo oro en el patinaje de velocidad, es el primer héroe nacional y puede sumar aún en los 10.000 metros su tercer éxito.
En el fondo, Bjorn Daelilie, uno de los grandes triunfadores hace dos años en Albertville, también empezó a tocar el oro ayer en los 10 kilómetros, pues el lunes se lo quitó su compatriota Alsgaard en los 30. Vladímir Smirnov, ex soviético que vive en Suecia, dio la primera medalla de plata a Kazajstán.
Pero si Koss puede ser el rey por ahora de los Juegos, ayer surgió la primera aspirante a reina, la nada agraciada pero potente rusa Ljubov Egorova, que sumó en los 5 kilómetros persecución de fondo (suma y continuación de los 10) su segunda medalla de oro. En realidad, sólo confirmó su gran calidad, pues ya logró tres medallas de oro y dos de plata en Albertville, y encabezaba la Copa del Mundo de este año. Es la mejor, y ayer resistió, aunque apurada, el acoso italiano de Manuela di Centa y de la recuperada Stefania Belmondo. Italia, a la espera de Tomba, vive de sus mujeres con un tercer lugar en el medallero, pero también Rusia, pues Svetlana Barzhanova le dio ayer otro título en los 3.000 metros de patinaje de velocidad.
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