Capital y trabajo

,

El conocimiento de que los empleados de Banesto cuentan con el 9,1% del capital del banco serían el primer accionista si sindicaran las acciones- y que se han hecho con ese paquete fundamentalmente por una política de concesión de créditos blandos garantizados, por las propias acciones, ha puesto sobre el tapete la participación de los empleados en las entidades financieras donde trabajan.

La situación en Banesto no es comparable con la del resto de las grandes entidades. En cualquier caso, la política de los bancos sobre la participación de los empleados en el capital es distinta y cada entidad refleja en ella los procesos vividos de fusiones intentos de fusión, autocartera....

Para introducir orden y concierto, en 1989 el Banco de España emitió una circular por la que obligaba a los bancos a dotar los créditos blandos otorgados a sus plantillas para la compra de acciones.

Ya en 1985 la dirección de Banesto ofreció acciones a los empleados con unas condiciones muy ventajosas para éstos. Algo más tarde, a comienzos de 1988, tan sólo un mes después de evitar la Oferta Pública de Adquisición (OPA) que le había lanzado el entonces Banco de Bilbao (BB), Mario Conde, ya presidente de Banesto, aprovecha el clima de unión entre los empleados y la dirección para colocar entre los empleados acciones y reducir la autocartera del banco.

Tras la frustrada operación de fusión con el Banco Central en 1989, Banesto vuelve a ofrecer entre sus empleados un nuevo paquete de acciones que fuentes del banco no logran precisar. Y lo mismo hizo el Banco Central. Con estas tres operaciones, los empleados de Banesto cogen un buen paquete, superior al que mantienen otras plantillas de sus propios bancos,

Los empleados del Banco Central Hispano (BCH) poseen actualmente el 3,52% del capital, según la propia entidad. De esa cantidad, el 1%, aproximadamente, procede de una paga que se regaló a los empleados con motivo de la fusión del Central y el Hispano. El 0,8% procede de compras efectuadas libremente por los empleados en el mercado y el restante 1,7% fue comprado por los trabajadores con créditos concedidos por el propio banco.

Sin embargo, la entidad afirma que la filosofía del banco es la de no dar créditos especiales para la compra de acciones. De todos modos, consideran positivo implicar a la plantilla de forma estable con pago en acciones en operaciones puntuales.

Por lo que respecta al BBV, el porcentaje en manos de los empleados es del 2,26% del capital. "Procede de varias acciones sin que el banco tenga una política activa de financiar créditos para que sus empleados compren", señalan fuentes de esa entidad. El banco dio una paga en acciones a todos sus empleados con motivo de la fusión entre el Bilbao y el Vizcaya. También compensa con acciones los 15 años de antiguedad.

El Santander afirma que nunca ha fomentado políticas de participación de los trabajadores en el capital. La participación de sus empleados no supera el 1,53%. El grupo público Argentaria afirma que en la actualidad sus 18.000 trabajadores tienen el 2,8% del capital. Durante la privatización del primer tramo de acciones, en mayo de 1993, Argentaria ofreció a su plantilla acciones a 3.515 pesetas, en lugar de las 3.800 pesetas en que salían al mercado, y todos los empleados tenían derecho a un crédito de un millón de pesetas a un interés del 10%. En el segundo tramo de la privatización, en otoño de 1993, el precio ofrecido era el mismo que el de mercado pero se les concedía para la compra de acciones un crédito de hasta 10 millones de pesetas a un tipo de interés del 5%. Tanto en el primer tramo como en el segundo, los empleados se comprometían a mantener esos títulos al menos un ano en su poder.

El Banco Popular mantiene una política de total libertad para sus empleados. Fuentes de la entidad han señalado que en la actualidad el 3% de los accionistas son empleados de la casa pero entre todos ellos no reúnen más del 0,63% del capital del banco.

En los bancos medianos y pequeños también se han concedido créditos para la compra de acciones. En el Zaragozano, por ejemplo, la plantilla controla el 1,2% del capital desde 1985, cuando era presidente de la entidad Moisés Calvo. Desde entonces, ese porcentaje no ha variado, según fuentes del Zaragozano.

María Jesús Paredes, secretaria general de banca de CC OO es partidaria de que los empleados suscriban acciones "siempre y cuando sean en unas condiciones no impuestas por la dirección y no sirva para colocar excedentes de autocartera". En muchos bancos se ha establecido la costumbre de premiar con acciones bien una fusión o bien pagar en acciones a los empleados que cumplen un determinado número de años. Para UGT de banca, el que los empleados sean accionistas es un tema positivo porque se pueden implicar más los trabajadores en la gestión.