Dallas, otra vez favorito ante Buffalo
Los norteamericanos opinan que los Dallas Cowboys obtendrán esta noche en Atlanta otra victoria clara en la XXVIII edición de la Superbowl, como el año pasado. Así lo indican las millonarias apuestas hechas en Las Vegas. Aparentemente, tan sólo los hinchas más creyentes de los Buffalo Bills confían en las posibilidades de un equipo con el récord negativo de haber perdido la final de NFL (Liga de Fútbol Americano) en los últimos tres años frente a tres rivales distintos.Millones de dólares favorecen a los Cowboys pese al hecho de que nadie puede cobrar un centavo al menos que el campeón actual vuelva a triunfar por una diferencia mínima de 11 puntos.
La Superbowl (hoy, a las 23.50 horas, en Canal +) es el evento deportivo con mayor atractivo para las apuestas Las Vegas. El pasado año las casas ingresaron una cifra récord de 56,3 millones de dólares y al ritmo de las apuestas este año se superará.
La NBC ha pagado 40 millones de dólares a la NFL por la cobertura del partido y la NBC piensa tener unos beneficios de 10, pues tiene previsto emitir 56 espacios publicitarios de 30 segundos a 900.000 dólares cada uno. El precio ha subido 50.000 dólares respecto al año pasado. Los 125 millones de pesetas, aproximadamente, por anuncio contrastan con los precios de los espacios más caros de la televisión en España, en los finales de año o en los pasados Juegos de Barcelona. En éstos, por ejemplo, Kodak pagó 25,5 millones por 30 segundos inmediatamente después que el arquero encendiera la llama olímpica. Seat, por su parte, pagó por el último anuncio de 1992 en TVE, momentos antes de las campanadas de fin, de año, 48 por un minuto.
El colmo de los anuncios de este año será el protagonizado por el vicepresidente del país, Don Quayle, que aparecerá promoviendo las patatas Wavy Lay diciendo: "Yo no sabré deletrear bien patata, pero sí comerlas". Quayle alcanzó un ridículo histórico en el país cuando el año pasado trató de enmendar aun niño que había escrito la palabra correctamente en una pizarra.
Atlanta, sede de la Superbowl, también vive un frenesí. El partido se considera un ensayo para los Juegos Olímpicos de 1996. No hacen falta polémicas nacionalistas o regionalistas. El estado de Georgia ha escandalizado a líderes y jugadores de raza negra al insistir en ondear en el estadio su bandera con los colores y las barras cruzadas de la Confederación, los estados que lucharon a favor de la esclavitud en la guerra de Secesión.
"Los jugadores deben reconocer que les están utilizando para apoyar un pasado racista. Vemos la Superbowl como un preludio a los Juegos Olímpicos", declaró el reverendo Tim McDonald, ministro de la primera iglesia baptista de Iconium.
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