Mudos en el 'Tenorio', estrellas en 'El gato con botas'
El teatro Español da a los figurantes la oportunidad de ser protagonistas en otra obra
A las 16.30 son gatos, labradores o cortesanos que no paran de hablar. A las siete de la tarde se transforman en monjas silentes, sombras o ánimas que se mueven sin decir nada. Son los figurantes de Don Juan Tenorio, los que no pronuncian palabra en toda la función. Estos actores mudos hacen doblete estas fiestas en el escenario del teatro Español para poder ser también protagonistas en una función: la de El gato con botas.
Seis gatas se mezclan entre el público justo antes de que empiece la función. Se suben al escenario y consiguen que los niños se alboroten y participen a gritos durante toda la obra. Varias de ellas son figurantes del Tenorio, como Cristina Goyanes, de 19 años, que en la obra de Zorrilla hace de dama, de monja y de sombra sin pronunciar una sola frase.Para Mara Recatero, la directora de El gato..., es muy importante ofrecer oportunidades a estos jóvenes. "Es muy dificil que un actor salga adelante haciendo figuración", dice. "Yo les llamo por eso". Insiste, sobre todo, en que son actores de verdad. En el teatro Español reciben 3.500 pesetas por función.
Pilar Cervantes es la princesa Catalina de El gato con botas, una de las protagonistas del cuento y uno de los personajes preferidos de los niños. No lo parece, pero tiene 28 años y ha protagonizado más de una obra. En el Tenorio es una máscara, una monja y un muerto, sin diálogo en ninguna de sus tres salidas. "Es la primera vez que hago figuración, pero tal y como están las cosas no se puede rechazar nada", confiesa.
En cambio, para Carmen Arbex sus dos papeles de El gato con botas suponen sus primeras frases en un escenario, aunque ya ha tenido pequeños papeles en cine y televisión. En el Tenorio tiene tres personajes como figurante: un disfraz, una monja y un muerto. Cuando termina esta obra se ha cambiado de vestuario seis veces desde las cuatro de la tarde. "Yo sí creo que la gente se fija en la figuración, no pasas desapercibida", dice con mucho entusiasmo.
Durante la representación, de El gato con botas el teatro se llena de niños. Se nota que se encariñan con algunos personajes y casi llegan a odiar a otros, como al presidente del consejo, que encama Juan Carlos Naya. "Me arrancan la peluca, me tiran al suelo cuando salgo. Los niños están muchas veces más atentos que los mayores", dice el protagonista del Tenorio, que llevaba 18 años sin hacer teatro infantil y se empeñó en participar en está obra, según cuenta la directora.
El gato con botas termina a las seis de la tarde. Los gatos, labradores y toda la corte del rey tienen una hora para ducharse, peinarse, maquillarse y vestirse para el Don Juan. Nueve de ellos, entonces, permanecerán dos horas callados y otros tantos dirán frases como "Sí, señor".
El gato con botas. Teatro Español (Príncipe, 25). Funciones a las 16.30, excepto los lunes. 650 pesetas. Hasta el 9 de enero.
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