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Los aficionados contemplaron durante cuatro horas el goteo de pilotos del París-Dakar

El atasco le ganó la partida al París-Dakar. A los vehículos del desierto les llevó unas dos horas a cada uno cruzar el centro de la ciudad. Miles de espectadores apostadosen las aceras de la Castellana entre las cuatro y las ocho de la tarde vieron pasar con cuentagotas los coches, camiones y motos del rally. La Policía Municipal vigiló el recorrido y se empleó a fondo para contenera los espectadores. Un portavoz policial explicaba que no se había producido ningún incidente, a pesar de que el público no siguió las recomendaciones e invadió los arcenes, las medianas y el carril-bus.

La carrera venía con retraso desde Irún, pero los madrileños acudieron puntuales a sus puestos de observación. A las cuatro de la tarde numerosos grupos comenzaban a poblar el eje de plaza de Castilla-Atocha. La salida del túnel de la plaza de Castilla se convirtió en un improvisado auditorio para cientos de personas."Mejor que pasen mezclados con el tráfico, porque si fueran en pelotón sería todo muy rápido", comentaba optimista una joven. Le hicieron falta tres horas para poder contar los coches de la carrera con los dedos de las dos manos.

"Se han enterado de que hay tomate en la Castellana y han tirado por la M-40", explicaba Antonio Esteban, un forofo de 18 años, que intentaba enjugar la decepción y el frío con sonoros palmetones en la espalda de sus amigos. "Eso sí, los españoles se han portado muy bien y han pasado despacito", puntualizaba. No podía ser de otra manera, dada la intensidad de tráfico.

Carlos Mas fue el primer motorista en llegar a la Plaza de Castilla, sobre las cuatro y media de la tarde. Fue recibido entre aplausos, a los que correspondió saludando con la mano. En la categoría de coches, el primero en enfilar la Castellana fue el Mitsubishi del francés Bruno Saby.

Precisamente tras la estela de los coches de este equipo llegó hasta Madrid, procedente de Irún, Félix, de 32 años. "He venido siguiendo a los primeros a 180 por hora, pero no ha sido suficiente, el Mitsubishi iba más deprisa", confiesa.

Los vehículos del París-Dakar provocaron retenciones a última hora de la tarde en la carretera de Burgos, desde el kilómetro 9 al 16 y del 26 al 28, según la Dirección General de Tráfico. También la carretera de Andalucía presentaba un tráfico lento.

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Los numerosos curiosos y una mayor afluencia de vehículos complicaron mucho la circulación de la Castellana, el paseo del Prado, Santa María de la Cabeza y la M-30, según el centro municipal de control de tráfico. El colapso era total entre la plaza de Castilla y la de Cibeles. Pero nadie se daba por vencido, porque a las ocho de la tarde muchos espectadores seguían en sus puestos, el atasco en la calzada y el París-Dakar en Madrid.

Sobre las nueve de la noche la organización de la carrera informó que el 75% de los vehículos habían pasado el control del circuito del Jarama. Justo una hora antes salía de Vitoria el último de los camiones, por lo que el control de Madrid permaneció abierto hasta medianoche.

Por primera vez el Rally París-Dakar pasaba por Madrid. Muchos lo disfrutaron, aunque algunos lamentaron que no lo hiciera en caravana, entre ellos el concejal de Seguridad Carlos López Collado, quien aseguró ayer haberlo solicitado a la organización del rally, pero rechazó la propuesta.

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