"No puedo resistir sin el fútbol"

"No puedo resistir un año sin fútbol. Posdata: Forza Pavía". Luca Bonizzoni, un joven de 19 años, hincha del Pavía, un modesto equipo de la Segunda División italiana, acabó con sus días tras ingerir 72 pastillas de tranquilizante previamente mezclados con alcohol. Una nota manuscrita acompañaba su cadáver en un parque de la localidad y advertía que la causa del suicidio podía estar en el impacto que le produjo saber que estaba sancionado a no acudir a los estadios durante un año. "No puedo resistir un año sin fútbol.Soy un perdedor, un fracasado. En esta sociedad no ha sitio para gente como yo. He pensado en el suicidio desde hace tiempo, pero sólo ahora he tenido el coraje para hacerlo". Bonizzoni, junto con otros cuatro hinchas del Pavía, protoganizó unos incidentes el pasado domingo en el transcurso de un partido entre el equipo local, el Pavía, y el Lecco. Uno de ellos lanzó unos objetos al campo y de la reyerta consiguiente fueron heridos dos agentes de la policía. A resultas de ello llegó la sanción: no pueden acudir al estadio hasta diciembre de 1994.

Bonizzoni, en paro y sin actividad conocida, era un verdadero apasionado al fútbol. "Para él, el fútbol lo era todo", comentó uno de sus amigos. "No poder seguir a su equipo era una tragedia".

Según el informe policial, hacia la una y media del martes, Bonizzoni comenzó a ingerir en un parque unos tranquilizantes que acababa de adquirir en una farmacia, ayudándose con vodka. Paralelamente, comenzó a redactar en un papel su mensaje de despedida. Dos horas después, una mujer que paseaba a un perro observó al joven tendido sobre un banco y comprobó que no daba señales de vida. Acudió a una comisaria cercana y solicitó ayuda. La intervención de los policías resultó inútil: Luca Bonizzoni ya estaba muerto.

La policía mantiene cierta cautela sobre la verdadera causa de su muerte, aunque reconoce que parece fuera de toda duda que el joven se sintió muy afectado por la sanción. Las investigaciones se dirigían al entorno familiar para comprobar si podía existir alguna otra razón. La Policía reconoció que estaba investigando quién fue el verdadero autor de los lanzanmientos de objetos.