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Entrevista:

"El mejor Herreros y se verá en dos años"

Jugó al fútbol, como interior izquierdo, hasta los 18 años y llegó a probar en el Real Madrid. Pero cambió a tiempo de deporte y de equipo para convertirse en el estandarte del Estudiantes y en uno de los mejores jugadores españoles. Alberto Herreros Ros es señalado, además, como el sucesor natural de Epi.A sus 24 años juega la sexta temporada en la Liga ACB, que le tiene como uno de sus valores más sólidos y, sobre todo, como garantía de futuro en una competición huérfana de estrellas nacionales. Quienes le conocen bien sólo ven en Herreros un defecto: "Es demasiado buena persona, le falta mala leche". Los 42 puntos que le endosó en Italia al Reggio Calabria la semana pasada, en partido de la Copa Korac, representan su récord personal.

Pregunta. Su actuación en Italia refuerza la idea de que puede rendir mucho más.

Respuesta. Es que yo no soy un jugador individualista. Si militara en un equipo pequeño y jugara para mí, seguro que metería muchos más puntos. Pero, le repito, no soy egoísta y en Estudiantes hay muchos jugador que pueden decidir.

P. ¿Tiene miedo de quedarse en un buen jugador capaz de hacer grandes partidos sólo en contadas ocasiones?

R. No tengo ningún miedo, confío muchísimo en mí mismo. Sé que me tengo que afianzar y alcanzar una mayor regularidad para no bajar, por ejemplo, de los 20 puntos. Pero estoy convencido de que lo voy a conseguir.

P. De usted se ha asegurado que parece un jugador yugoslavo que será el sucesor de Epi, que se convertirá en el mejor jugador español. ¿Se quedará a medio camino?

R. No, seguro que no. Hay que tener en cuenta que yo empecé a jugar al baloncesto hace poco más de seis años, cuando abandoné definitivamente el fútbol. Estoy en plena fase de aprendizaje, me queda mucho margen de mejora.

P. El estar en boca de todos desde tan joven, ¿le afecta hasta añadirle una presión agobiante?

R. Al principio me gustaba que me compararan con Epi o con Villacampa, pero cuando me dí cuenta de lo que eso significaba, sí noté una gran presión. Con 20 años, es muy duro jugar partido tras partido sabiendo que te están comparando con jugadores consagrados. Ahora ya lo tengo asumido y no me preocupa batir las marcas de Epi y Villacampa. Sólo quiero ser útil a mi equipo y que mis compañeros estén contentos conmigo.

P. ¿Se ha acomodado?

R. No, en absoluto. Yo trabajo como el que más en el equipo. Soy muy ambicioso y espero dar el máximo de mi potencial. Si no, me mosquearía conmigo mismo.

P. Pero su explosión se retrasa...

R. Teniendo en cuenta los años que llevo jugando al baloncesto, creo que mi explosión llegará a los 26 o 27 años. Por supuesto que quiero alcanzar lo máximo cuanto antes, pero todavía me falta un poco. El mejor Herreros se verá dentro de dos años.

P. ¿Es autoexigente?

R. Se lo puedo asegurar. Me considero un ganador nato, odio perder. Me enfado muchísimo cuando mi equipo pierde, cuando juego mal, cuando fallo canastas. Incluso el día que metí 42 puntos, me cabreé conmigo mismo por no anotar alguna canasta fácil. Cuando el Estudiantes pierde un partido me convierto en una persona inaguantable, me pongo de muy mala leche. Y yo sé que para ganar hay que trabajar mucho.

P. ¿En qué punto se encuentra de su carrera?

R. Estoy muy bien, con una ambición creciente por convertirme en un gran jugador. A veces, en los partidos me salen cosas que ni siquiera entreno, como algo natural. Mi mujer y mi hijo, que tiene poco más de dos meses, me han dado una estabilidad y una tranquilidad que antes no tenía. De coco estoy mejor que nunca.

P. ¿Qué facetas de su juego tiene que mejorar?

R. El bote de balón, la defensa, pero, sobre todo, el aspecto físico. Tengo que ganar cuatro o cinco kilos y estabilizarme en los noventa para no sufrir altibajos durante la temporada y aguantar la dureza de la Liga. El problema es que en verano, por los compromisos de la selección, no tengo tiempo para hacer lo que necesito: trabajar mi técnica individual y seguir un programa de musculación con pesas. Precisamente, mi mejor temporada la disfruté justo después del Eurobasket de Roma, en 1991. Díaz-Miguel no me seleccionó y aproveché el verano para trabajar.

P. ¿Quiere ser el nuevo líder del Estudiantes?

R. Creo que John (Pinone) dejó varios líderes en el equipo, como Orenga, Vecina, Cyjeticanin o yo mismo. Es mejor que tener sólo uno. Lo que sí pienso algunas veces es que debería ser un poco más duro en la cancha: con mis compañeros y, también, con mis rivales, que me pegan demasiado. Y estoy en ello.

P. Al Estudiantes parece pasarle lo que a usted: le falta dar el paso decisivo.

R. Nuestro problema es que después de ganar a un Real Madrid o Joventut nos relajamos y creemos que ya lo tenemos todo hecho. El Peristeri y el OAR Ferrol nos sacaron del error. Todavía estamos en una fase en la que rendimos mejor cuando más presionados estamos; pecamos en algunas ocasiones de exceso de euforia.

P. ¿Está a su alcance el título de Liga?

R. Sí, aspiramos a todo esta temporada. Tenemos un auténtico equipazo, no veo un rival que sea superior.Sólo nos falta acoplarnos.

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