Dos americanos en Moscú, Steve Wright y Tony Turner, del Spartak, los únicos extranjeros de la Liga rusa
El baloncesto es una señal de los muchos cambios que se están experimentando en la antigua Unión Soviética. La Liga rusa tiene tres años de vida. En ella compiten 20 equipos, que se profesionalizan poco a poco añadiendo jugadores asalariados a medida que los ingresos lo permiten. Uno de ellos, el Spartak de Moscú, es el único que cuenta con dos extranjeros, los estadounidenses Steve Wright un pivot de 28 años, y Tony Turner, un alero de 22.Ambos son los primeros norte americanos en Rusia. En distintas épocas actuaron en la universidad de Providence. Wright llegó a jugar una final universitaria. "Ni siquiera sabía que había baloncesto en Rusia hasta que mi agente me ofreció este trabajo", dice Wright, que cuenta con una larga experiencia en España (Torrejón, Lugo y Villalba), Francia, Argentina y Venezuela.
Turner, novato en el campo profesional, fue el máximo anotador de los frailes en la temporada pasada. "No es la mejor situación del mundo", explica, "pero, al menos, me pagan por hacer lo que más me gusta".
Wright y Turner reciben una ficha anual cercana a los 50.000 dólares (alrededor de los siete millones de pesetas), aproximadamente diez veces más que la del baloncestista ruso mejor pagado. Disfrutan además de un apartamento con dos habitaciones y un coche.
El apoderado general del Spartak, Serguei Popov, decidió ficharlos para añadir un elemento "exótico" con la presencia de "dos norteamericanos altos y negros". Su intención era que ambos atrajesen el interés de los aficionados y sirvieran para mejorar el nivel del torneo: "Al principio, no estaban a gusto porque la adaptación es dificil, pero ya van saltando barreras".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.