El Atlético saca el buzo
El equipo rojiblanco empata en Oviedo con mucho trabajo y poco juego
El Atlético sigue sin ganar fuera del Vicente Calderón en la Liga, aunque en Oviedo sudó el empate de lo lindo. No hizo apenas nada en el primer tiempo, pero en el segundo, ya con la igualada final en el marcador el mundo amenazó con venirsele encima tras la expulsión de Vizcaíno.Entrenar ahora al Atlético de Madrid supone cada semana un ejercicio de imaginación para distribuir por el campo a los jugadores disponibles. La escasez de efectivos es endémica en el centro de la defensa, donde esta vez hablar de escasez sería caer en el eufemismo. El técnico atlético no disponía de un solo defensa central o libre entre los que viajaron a Oviedo. El remiendo dio el papel de líbero a Tomás y reservó para Pizo y Pedro los marcajes de Carlos y Jankovic, los dos atacantes del Oviedo.
Con tal suerte de parches el Atlético está ahora huérfano de casi todos los detalles que adornan a un aspirante al título de Liga. Entre dos equipos poco amigos del riesgo el partido fue una suerte de peloteo escaso de imaginación, aunque rebosante de entrega por ambos bandos. En casi todo el primer tiempo los dos porteros cumplieron papeles de figurante.
Ya con el marcador en contra y esperando la hora del descanso, tuvieron los rojiblancos la suerte de que Jerkan les echara una mano literalmente en una jugada sin peligro en el área del Oviedo. No tuvo queja el Atlético del balance a mitad de partido; ni siquiera para marcar necesitó crear peligro.
El segundo tiempo deparó más emociones. Jankovic y Carlos dispararon con peligro para Diego en los primeros minutos y en medio de ambas ocasiones Kiko y Sabas, en la mejor jugada, del Atlético estuvieron a punto de marcar. Viti salvó la ocasión a disparo del recién salido en el lugar de Moacir.
El partido se ponía bonito, pero encontró entonces el lastre de la polémica, con Brito Arceo como blanco de las iras del público y de las protestas de los jugadores ovetenses. Un rosario de tarjetas para los azules precedió a una interpretación de Brito del juego sucio que dio con Vizcaíno en el vestuario, expulsado por una entrada de frente en la que Vizcaíno buscaba el balón y se encontró a Suárez. Con similares formas, Sabas se quedó con la tarjeta amarilla sólo dos minutos después.
El partido quedó reducido desde entonces al coraje del Atlético, al empuje del Oviedo por las bandas y al punto de vista de Brito Arceo. Los de Antich, en superioridad numérica, se mantuvieron primero fieles a su estilo fajador y al contraataque, para acabar comiéndole el terreno al rival. Fueron ovetenses casi todas las ocasiones de gol, siempre con el protagonismo de Carlos y Jankovic. Al otro lado del campo, Kosecki, relevado por Sabas del papel de carrilero, se quedó solo contra todos. El Atlético se ahogaba por momentos con un agujero en la zona dejada por Vizcaíno.
Diego salvó el partido en el descuento, parando un remate de gol de Maqueda. Todo el protagonismo en el último cuarto de hora recayó en el guardameta atlético, que fue el paraguas rojiblanco.
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