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Una lavandería industrial dará trabajo a 80 disminuidos en el sur de la ciudad

Una lavandería industrial es, desde hace una semana, el lugar de trabajo de siete disminuidos. Ellos son los primeros que se han incorporado, pero dentro de unos días se les sumarán 73 compañeros con sus mismas características. Están exultantes. Y se saben privilegiados: la tasa de desempleo entre personas con minusvalías ronda el 90%. Esta lavandería, inaugurada formalmente ayer, es resultado de un convenio entre la Comunidad de Madrid y la ONCE que contempla la creación de 500 empleos para minusválidos en los próximos dos años.

Meter la ropa en las lavadoras, recogerla y controlar las máquinas son sus labores principales, para las que han sido adiestrados por unos monitores. Todos han conseguido el empleo tras someterse a un examen."Estoy muy contento, porque es un trabajo para toda la vida", decía ayer con optimismo Álvaro García, de 17 años. Es graduado escolar y éste es su primer empleo, al que ha llegado a traves del Instituto Nacional de Servicios Sociales. A Miguel Domínguez, de 20 años, le llamaron directamente del Instituto Nacional de Empleo. Su ligera deficiencia psíquica no le impide trabajar en la lavandería e intentar aprobar segundo de BUP por las tardes. Miguel ve la vida con más realismo: "Como el contrato lo renuevan cada seis meses, pues ya veremos".

Algunas de estas personas tienen problemas motrices, otros padecen ceguera parcial o deficiencias psíquicas. Sentirse útiles parece importante, pero llegar con dinero a fin de mes toda vía más; como para Mari Paz Caletrío, de 22 años. Ella abandonó su tierra, Extremadura, para buscarse la vida en Madrid: "El pueblo es muy pequeño, y yo allí no tenía ninguna oportunidad", explica. Mari Paz, con problemas de movimientos, dispone del graduado escolar.

Pagar el alqufier

Mari Paz tiene que pagar el alquiler del piso que comparte con su hermano, así que estuvo trabajando durante un tiempo de limpiadora en casas particulares. Ahora ganará 90.000 pesetas al mes en una jornada de ocho horas diarias.

Esta lavandería industrial cercana al Pozo del Tío Raimundo, es el primer fruto de un convenio entre la Comunidad de Madrid y la Fundación ONCE. Ambas entidades se han propuesto crear empleo competitivo para 500 disminuidos en los próximos dos años. Joaquín Leguina, presidente regional, explicó en la inauguración: "No se trata de entretener minusválidos". Las arcas de la Comunidad y de la ONCE cubrirán a partes iguales el coste de esta actividad. De momento cada entidad aportará 800 millones. El resultado serán 500 empleos en dos años.

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