"Estoy ansioso por tocar aquí; es la capital del mundo"

Cuando a Pedro Pubil Calaf, más conocido por Peret, se le llama el padre de la rumba, sin ningún complejo suele contestar que en todo caso sería el abuelo, ya que en su show intervienen los nietos de los que empezaron con él. Este catalán de 58 años que empezó a cantar rumbas a los 12 ante Eva Perón, fue todo un símbolo de la España de los se senta y setenta. Llevó la rumba por todo el planeta cuando Gipsy Kings eran apenas unos niños. Es difícil entender el pasado más reciente de este país sin hacer referencia a Una lágrima cayó en la arena, El borriquito, Gitano Antón, Es preferible reír que llorar o a Canta y sé feliz con la que en 1973 participó en el Festival de Eurovisión.En 1982, en pleno éxito, Peret sintió la llamada de la religión y se retiró para dedicarse a profundizar en su fe. Actividad ésta que le mantuvo alejado del espectáculo hasta 1991 que volvió para sentarse en el trono de rey de la rumba que nadie le había discutido. Pregunta. ¿Qué hace un barcelonés como usted en un Madrid como éste?Respuesta. Trabajar. He venido a trabajar. Me gustaría venir 15 días de vacaciones pero... he venido a trabajar. Hace 12 años que no venía a actuar a Madrid y estoy impaciente.

P. Usted ha dedicado una canción a Barcelona, Gitana hechicera, en la que dice "Barcelona tiene poder", ¿diría lo mismo de Madrid?

R. Sí claro, porque tiene un poder tremendo. Para mí Madrid es la capital del mundo. En Madrid está todo lo que a mí me gusta, la gente, los tablaos. Este ambiente no lo hay en ningún otro lugar del mundo.P. ¿No teme que estas afirmaciones no sienten bien en Barcelona?

R. No, porque esa rivalidad de la que tanto se habla es un poco ficticia. Lo que sí ha exagerado esa rivalidad ha sido el fútbol y hay que reconocer que hay más fanatismo en Barcelona que en Madrid. Y es curioso, es el único lugar de España fuera de Cataluña donde cantar en catalán no me ocasiona ningún problema, cosa que en otras capitales no me pasa.

P. ¿Y con 58 años aguanta bien la marcha?

R. Sí, en total somos 18 personas haciendo jaleo en el escenario, llenos de energía, aun_ que a veces tengo que hacerles señas para que aflojen.

P. En sus años de retiro espiritual, ¿no sintió tentaciones de volver?

R. En todos esos años no eché de menos los tiempos del éxito. He vuelto casi sin pensarlo, primero me pidieron producir un disco de Chipen, que son familia mía, después de los Amaya, luego que si una guitarra aquí y una introducción allá, total que sin proponérmelo tenía ya un disco grabado.

P. ¿Qué le parece que grupos de rock como Radio Futura, El último de la Fila o Loquillo nombren a Peret como uno de sus ídolos?

R. Muy bien, es que cuando ellos eran chavales, eran fans míos, del mismo modo que cuando yo empezaba era fan de Elvis Presley.

P. ¿Y cuando comprueba que la rumba es ahora internacional gracias a un grupo francés como los Gipsy Kings?

R. Alegría, porque los Gipsy Kings son como si fueran catalanes, han aprendido todo viniendo a nuestras bodas. Cuando quieren hablar gitano entre ellos utilizan el catalán y no el romaní. Su triunfo mundial es un triunfo de nuestra rumba, que podía haberles pasado a Los Chunguitos, Los Chichos, Los Manolos o Chipen si hubieran sido lanzados desde París o en una buena canción.

Peret actúa hoy y mañana en el teatro Alcalá Palace (Alcalá, 90). 22.30. De 1.000 a 3.500 pesetas.