El fuego arrasa lujos de cine
Las autoridades ofrecen 250.000 dólares por el pirómano que devasta Los Angeles
Se busca al pirómano. El gobernador de California, Pete Wilson, ha ofrecido una recompensa de 250.000 dólares (unos 34 millones de pesetas) por cualquier información que contribuya a la detención de la persona que prendió el fuego que arrasa desde el martes barrios residenciales del sur de Los Ángeles y que ha causado ya la muerte del director y guionista británico Duncan Gibbins.Todos los indicios, incluidas algunas pruebas recogidas por la policía y los bomberos sobre el terreno, apuntan a que alguien, con un objetivo todavía indeterminado, inició el fuego que se suma a la cadena de pavorosos incendios desatada la pasada semana.
Duncan Gibbins murió quemado cuando trataba de rescatar de las llamas a su gatito, un animal al que ya salvó de la muerte cuando durante el primer fuego lo encontró perdido. Curiosamente, el artista británico fue el realizador de dos filmes sobre incendios: Fuego con fuego y Quemaduras de tercer grado. Cuando llegó al hospital, Gibbins presentaba quemaduras en el 90% de su cuerpo. Los médicos fueron incapaces de mantenerlo con vida. Con esta muerte, el pirómano, si finalmente puede ser encontrado, será acusado de asesinato y puede acabar en la cámara de gas.
Además de Gibbins, otros muchos actores y personajes del mundo del cine y de los espectáculos han visto su lujosa vida violentamente interrumpida por esta plaga de incendios. Charles Bronson, Richard Gere y su mujer, la modelo Cindy Crawford, Mel Gibson, Dick van Dyke, Arny Madigan, Bruce Willis y Demi Moore se encuentran entre aquellos cuyas casas se encuentran en zonas afectadas por el fuego, aunque no todas han resultado dañadas.
Muchas de las celebridades que poseen casas en Malibú, una de las áreas más dañadas, suspendieron sus rodajes o cualquier otra actividad en distintos puntos del mundo para regresar a Los Ángeles a interesarse por el estado de sus viviendas. La mayoría de esas casas son mansiones de auténtico lujo cuyos precios superan en ocasiones el millón de dólares. Esta circunstancia va a suponer una verdadera sangría económica para las compañías de seguros. Una buena cantidad de Mercedes, Rolls Royce, Range Rover y otros coches de alta categoría desaparecieron entre las llamas.
El enfriamiento de las temperaturas y la disminución de la velocidad del viento hicieron creer a los responsables de los cuerpos de bomberos que lo peor había pasado ya. No se descartan, sin embargo, nuevos brotes en algunas de las zonas afectadas por los incendios. Del mismo modo tampoco se puede garantizar que no surjan otras personas que quieran emular al último pirómano, porque en estos casos el efecto contagio es un riesgo añadido.
Hasta ahora, según el balance del gobernador de California, se han perdido más de un millar de casas y se han producido pérdidas económicas que superan los 1.000 millones de dólares. Varias decenas de personas, entre ellas algunos bomberos, han resultado heridas.
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