"¡Qué mala suerte!"

Genaro Borrás, el médico del Celta, se llevó una sorpresa. Acababa de examinar un análisis rutinario a los futbolistas del club vigués de la Primera División antes de iniciar la temporada. El bosnio Goran Juric aparecía con casi 300 mg /dl de glucosa cuando lo normal es no llegar a los 100. Por primera vez se encontraba con un jugador diabético. Juric se resistió a despedirse como futbolista. "Soy un hombre del fútbol y el fútbol es mi vida", repetía una y otra vez. Después de tres meses de lucha entre sus deseos y los consejos de varios doctores a los que recurrió, ya no le queda sino aceptar la dura realidad: debe colgar las botas a sus 31 años de edad y dos y medio después de llegar a Galicia."La suerte me ha dado la espalda", se lamenta Juric con resignación fatalista. En realidad, la suya sólo es una sorpresa relativa. Hace cuatro años recibió el primer golpe cuando a su hija, ahora de ocho, se le diagnosticó la misma enfermedad. "Lo pasé fatal. Peor que cuando el mal me llegó a mí", confiesa el bosnio, sobrino de otro diabético. Su niña y él se inyectan diariamente insulina. "Quiero jugar...", se rebela luego a pesar de todo: "Desde que nací, desde que tengo uso de razón, desde los ocho años, sólo he sabido jugar con un balón".

Borrás recurrió a un especialista, a un endocrino. "Su dictamen" indicó, "es concluyente y claro: Juric es diabético en grado 1, el máximo nivel". Así, elaboró un informe exponiendo que se trata de una enfermedad incompatible con el fútbol. Juric, que había superado todos los análisis anteriores y en el pasado campeonato fue defensa titular en 32 de los 38 partidos, no se resignó e inició otro encuentro, pero en otros terrenos de juego. Recurrió a otros médicos. Hasta sus oídos llegó el caso de un futbolista británico también diabético, Gary Mabbut, internacional y capitán del Tottenham Hotspur. Pero todos le recomendaron dejar el fútbol.

La responsabilidad

"El mejor fichaje del Celta ahora sería Juric", asegura Txetxu Rojo, el entrenador, consciente de que ha perdido a uno de sus mejores baluartes. Por eso habla ya en pasado: "Era un gran jugador y un defensa rápido y bueno. El me dijo que le gustaría seguir. A mí también me agradaría contar con él, con su gran corazón, pero...". A Borrás incluso se le planteó la posibilidad de la firma de un documento por el que se le eximiría de toda culpa o responsabilidad en el caso de que a Juric le ocurriese algo sobre el césped. "No acepté. Mi profesión me lo prohíbe", comenta el médico.El Celta está negociando con Juric para darle la baja. "No queremos engañarle", afirma el presidente, José Ignacio Núñez, "pero podemos dársela con todas las bendiciones legales". El bosnio renovó su contrato hasta, el 30 de junio de 1995 antes de que se le descubriese la diabetes. Núñez reconoce que no se habría llegado a esa situación de haberse conocido su problema.

"La vida sigue", procura consolarse Juric. Las dudas y la confusión son sus compañeras de viaje. Reitera que su futuro "está en el fútbol" y no descarta regresar a su país pese a que Núñez hable de que, "después del tiempo pasado en Vigo, es más gallego que otra cosa".