El cineasta Wim Wenders teme que Europa se arruine

El cineasta alemán Wim Wenders aseguró ayer que "Europa se convertirá en el Tercer Mundo" si los medios audiovisuales son incluidos en el acuerdo comercial del GATT. El prestigioso director alemán presentó, junto a un numeroso grupo de cineastas de toda Europa, las posiciones de la industria europea, coincidiendo con las reuniones de trabajo entre la CE y EE UU.Una representación de los cineastas se entrevistó con el comisario Leon Brittan y con el presidente de la Comisión, Jacques Delors. "Perderemos nuestra cultura si permitimos que el mundo quede dominado por la cultura americana", aseguró Wenders. "Sería un error dramático e histórico dejar a Francia sola", añadió. Wenders aseguró que la evolución de la industria audiovisual en los últimos diez años lleva a pensar que será la industria más importante del planeta a principios de siglo.

Al término de su encuentro con directores y productores de cine, Delors expresó su acuerdo con las peticiones de los cineastas de excluir a la cultura de las negociaciones del GATT, como solicita Francia, hasta que Brittan no le demuestre que la especificidad cultural -fórmula que defiende el comisario- es viable.

Por su parte, el director de cine español, Fernando Trueba, expresó su temor a que se utilice "el cine europeo como moneda de cambio". Trueba presidió la conferencia de prensa, en la que indicó que "Estados Unidos lo quiere todo". Y añadió: "Tiene entre un 55% y un 93% de los mercados nacionales europeos y quieren todavía más".

El director español considera que "la libertad de creación está amenazada en Europa", y criticó la posición de la Comisión Europea sobre la especificidad cultural. "No sabemos qué es la especificidad cultural, pero puede ser una trampa", recalcó.

El proyecto de conclusiones del GATT utilizado hasta ahora como documento de traba o significaría la supresión de las cuotas de cine europeo impuestas a las televisiones de los Doce, la anulación de toda la política comunitaria de protección de la creación audiovisual y la abolición de los acuerdos bilaterales con países terceros para promover las coproducciones internacionales.

Los profesionales del cine denuncian, en la documentación entregada a la Comisión, la existencia de trabas estadounidenses al rodaje y a la difusión de películas extranjeras.