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El Olímpico y sus jugadores recurren contra la UEFA en un juzgado suizo

El Olímpico de Marsella y sus jugadores presentarán hoy una denuncia contra la UEFA en un juzgado de Berna para tratar de impedir la suspensión del club francés en la Copa de Europa, dictada el lunes por el máximo organismo del fútbol europeo.

Bernard Tapie, el presidente del Olímpico de Marsella, estuvo ayer en París "intentando asegurar la supervivencia del club y encontrar un equilibrio financiero", según Jean-Louis Levreau, el vicepresidente del Olímpico y botafumeiro incesante de Tapie, que pretendía forzar a la Federación Francesa a reunirse urgentemente para que fallase sobre el contencioso del presunto soborno de tres jugadores del Valenciennes por parte de su equipo. El presidente federativo, Jean Fournet-Fayard, y el de la Liga, Noel le Graèt, consideraron improcedente tal reunión y descartaron la viabilidad de presentar recurso alguno ante la UEFA.

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En cualquier caso, la decisión de la ejecutiva de la UEFA, al margen de su caracter ejemplar, es difícilmente aceptable porque no tiene en cuenta aquello de que "todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario" y porque la sentencia, resalta Liberation, "no es estrictamente proporcional a los hechos probados". En ese sentido se mueve la demanda de Tapie, que recuerda que al Olímpico no se le ha privado de su título de campeón de Europa en la temporada 1992-93 y que debe jugar la Supercopa y la Intercontinental.

Con escolta

Le Gret decía ayer "sentirse muy bien" en su piel y "contento" de haber hecho lo que ha hecho, pero tanto él como Fayard disponen ahora de una escolta de dos policías cada uno. Levreau, que ya hablaba de "puñalada trapera", ha dado un paso más: "Ahora estoy seguro. El crimen lo firma Le Gret".El coro de lamentaciones ha sido impresionante. El ex ministro de Cultura, Jack Lang, dijo sentir "cólera e indignación"; el portavoz socialista Jean Glavany, "estar en contra de una instancia que condena a un club o un individuo sin dejarle defenderse ni darle oportunidad de recurrir". Si Balladur estaba "triste" y Chirac enviaba su "solidaridad", los de la Liga Comunista, después de burlarse de "la justicia de los viejos de Zúrich", quieren que quede claro que "todo es fruto de la irrupción descontrolada del dinero en el deporte".

La única voz discordante es la del actual entrenador del Estrasburgo, Gilbert Gress, antiguo jugador del Olímpico: "Ya era hora de que alguien pusiese un poco de orden en el fútbol francés y que a los corruptores se les tratara como corruptores". En un sentido parecido se expresó el abogado de Jacques Glassmann, el jugador del Valenciennes del que partió la denuncia de la tentativa de soborno: "Si los que hicieron trampas lo hubiesen asumido, habrían salvado al Olímpico. Ahora se ha sancionado al club, a los jugadores, a los seguidores, a la ciudad..., no a las únicas personas que se lo merecían".

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