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Gris debú de Hugo, sin goles ni juego

El esperado debú de Hugo Sánchez con el Rayo fue gris. Vallecas esperaba goles a pares y no vio ninguno. Ni del mexicano, que sólo prodigó el disparo a puerta en lanzamientos de falta, ni de ninguna de las joyas que ayer mostraron el Rayo y el Valladolid. Y tuvieron minutos para intentarlo: hasta 120. Los aficionados aún andan buscando, y no con muy buenas intenciones, al que decidió colocar una prórroga en este torneo amistoso. Sólo en la tanda de penaltis el balón alcanzó las redes. Y curiosamente tuvo que ser un guardameta, Lozano, el que con el último lanzamiento resolviera la confrontación.La gente se preparó para ver a Hugo. Lo recibió con entusiasmo. Aplaudió hasta quemarse cualquier acción suya. Aquello no ardió porque el mexicano no lució apenas su palmito: 15 toques todo lo más. Se atusó el pelo como siempre, dejó una pared de lujo que Pablo envió a los vestuarios, y poco más. Sus volteretas, la rúbrica con la que firma sus goles, no aparecieron. Para colmo, cuando el colegiado sancionó con penalti un empujón de Baraja sobre Visjnic, ya no estaba en el campo. Y en la tanda final, tampoco.

Vallecas se fue sin ver a Hugo. Lo que vio, y hasta hartarse, fue la peor caricatura que puede hacerse de un partido de fútbol. El Rayo y el Valladolid anunciaron problemas para sobrevivir en una categoría que presupone más calidad. Fue un espectáculo bochornoso. Y eso que ocasiones, la antesala del gol, hubo a centenares. Pero allí nadie quería marcar un tanto: ni con portero, ni sin él y con el balón a un metro de la portería. Parecía como si hubiesen reservado el premio para Hugo. Pero el mexicano ya no está para muchos goles.

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