"No me siento solo"
Rafael Calvo Ortega ha recibido recientemente el respaldo de la mayoría de los militantes del CDS para mantener el partido en la vida política española, pese al descalabro electoral, y, en calidad de presidente provisional, proceder a su refundación. En esta entrevista asegura que "cualquiera que sea el número de bajas de militantes" no se sentirá solo.
Este segoviano de El Espinar está seguro de que no pasará a la historia como el enterrador del partido que fundara el ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez -con quien no habla desde hace meses- y afirma que lo negativo es el desánimo, la desmoralización y el abandono, "porque un partido que no tiene reflejo en las urnas no es estéril".
Pregunta. Los militantes del CDS han apostado por la continuidad y la refundación. ¿Cómo será el CDS del futuro?
Respuesta. Queremos conseguir un partido distinto, más de opinión, con un funcionamiento más ágil, más adecuado a los modelos europeos de partidos liberal-progresistas y, probablemente, donde pesen más estas esencias que la invocación continua al concepto de centro.
P. Tras el resultado del congreso, muchas personas han optado por marcharse ¿Se siente solo?
R. El CDS va a tener bajas porque en la vida política no hay ningún acto que no tenga un coste, y esperamos que haya bajas, aunque hasta el momento no se han producido. El señor Caso y estos señores de los que esperamos su baja, hasta ahora cero...Yo esperaba cientos de bajas, pero cualquiera que sea el número, no me sentiré solo, ni mucho menos. El congreso era necesario porque, desde hacía tres años, sobre el CDS planeaba la idea de disolución y se agitaba como un fantasma. Ha sido un paso positivo.
P. Aunque la idea de continuar haya sido respaldada por la militancia, da la impresión de que es usted quien está empeñado en que no se disuelva el CDS.
R. No, no es así. El CDS tiene más de 40.000 afiliados, muchos de gran prestigio profesional, político y académico. No me siento solo, ni muchísimo menos; hay un nuevo comité directivo. Lo que no se puede hacer en la vida política es no tomar ninguna decisión para que nadie se disguste, porque al final termina todo hundiéndose.
P. ¿Calvo Ortega puede pasar por la política española como quien enterró un partido como el CDS?
R. Después del congreso esto no va a ser así. No creo que ni yo ni nadie vaya a tener ese título. Lo importante es luchar por las cosas, y si no se asume ningún riesgo en la vida, nunca sucede nada. Hay que asumir riesgos, luchar y trabajar por las ideas.
P. ¿Y si se repite el batacazo electoral en próximos comicios, como los europeos o los municipales?
R. Después de las elecciones generales del 6 de junio, la vida política española es distinta y no discurrirá por los mismos términos. El auge del bipartidismo ha sido tan fuerte que todos los partidos terceros se van a resentir de esta especie de furia bipartidista. Insisto en que el congreso era bueno porque ha resuelto una voluntad de continuar, y el CDS no se va a disolver cualquiera que sea el resultado electoral. Mi impresión es que en los próximos meses vamos a asistir a replanteamientos políticos, porque el bipartidismo va a obligar a estrategias de agregación a todos los partidos, terceros. Habrá que reaccionar contra un sistema tan injusto que permite a un partido tener un diputado con 60.000 votos, y a otro, con cerca de medio millón, ninguno. Coalición Canaria tiene menos de la mitad de los votos del CDS y cuenta con cuatro diputados y el PNV tiene muchos menos votos que el CDS.
P. ¿La refundación no tendrá por objetivo el desembarco de los militantes del CDS en el Partido Popular?
R. Desembarco no es una palabra que utilicemos ni que pensemos en ella. Estamos dispuestos a estudiar programas comunes con otras fuerzas, por ejemplo, en relación con las elecciones europeas. Si por desembarco se entiende que vamos a desaparecer para integrarnos en otro partido, en absoluto, porque es precisamente lo que ha rechazado el congreso.
P. ¿La crisis del CDS comenzó por pactar con el PP para sustentar a José María Aznar en la presidencia de Castilla y León, o por el gobierno del Ayuntamiento de Madrid?
R. No. El CDS viene arrastrando una imagen de crisis y, probablemente por primera vez en España, un partido de centro ha luchado contra ésta y se ha negado a desaparecer. Siempre que hay un resultado desfavorable en las elecciones hay que ser autocríticos. Es posible que esos pactos no fueran suficientemente explicados, lo que no significa que fueran negativos.
P. Usted ha sido protagonista de la caída de otro partido con la etiqueta de centro, la desaparecida UCD. ¿Se siente con la fuerza moral para seguir tirando de este carro del centro?
R. La UCI) prestó a la sociedad española un servicio muy estimado, aparte de la transición política, y fue una organización muy brillante y útil para los españoles; ciertamente que luego no acertó a sobrevivir, pero el balance conjunto de la UCd fue muy positivo. A una escala menor, el caso del CDS también ha sido así. Ha hecho aportaciones, ha defendido un espacio de centro y sus ideas están hoy en otros programas políticos. No creo que haya que juzgar a la UCD ni el CDS por su resultado final, sino por todo lo que han aportado a la vida pública. Ahora el CDS quiere ir a una refundación y hay que considerar como estimable que una organización trate de corregir defectos, errores y superar dificultades. Europa está llena de partidos liberal-progresistas pequeños y medianos.
P. ¿Entonces continuará en la lucha...?
R. Sí. No es que yo solo me sienta con fuerza, sino casi medio millón de electores que sabían que las predicciones eran negativas. Hay miles de electores dispuestos a apoyar al CDS y me parece que eso debe tenerse en cuenta. No creo que nadie ignorase lo que iba a pasar en las elecciones generales. No se puede decir a los electores que se va a permanecer cualquiera que sea el resultado electoral y 24 horas después cambiar de opinión.
P. ¿Qué puede aportar el CDS al panorama político español?
R. El CDS ha hecho una buena aportación ideológica en materia de pacto social, de fiscalidad, de política antidroga y de juventud... Un partido político es poco más que un sistema de soluciones. Hemos hecho una política estimable, pero nos ha resultado muy difícil comunicarnos con los electores. Esta aportación está ahí; también hemos sido una organización limpia, ajena a problemas bien conocidos en la vida política española, y hemos mantenido nuestras tesis. Los partidos que no tienen un reflejo en las urnas no son estériles. Eso es una afirmación equivocada e inexacta.
P. ¿Ha recibido presiones del PP para integrarse en este partido?
R. Hemos tenido una relación escasa con el PP. En ningún caso hemos recibido presiones. Puede ser que las haya a nivel local o con personas concretas, pero nunca a nivel central.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.