El mal fario de Rominger
El mal fario de Tony Rominger en el Tour continúa. Como consecuencia de la caída sufrida cerca de la meta de Marsella, el suizo del equipo Clas disputó la etapa de ayer con el tobillo izquierdo dolorido y completamente inflamado. "El golpe le ha afectado al ligamento y le ha dejado el tobillo como una bota. Decidle que os lo enseñe, ya veréis qué cara pone. Tony estaba esta mañana con un humor de perros", manifestó Juan Fernández, director del grupo asturiano, en la salida de la capital portuaria. "Parece que alguien nos ha echado un mal de ojo en este Tour".
Rominger, visiblemente molesto, exhibió un severo vendaje que le cubría el muslo, ya que el accidente le provocó también una fuerte contusión en la rodilla. "Lo de la rodilla no nos preocupa, pero lo del tobillo sí", señaló Fernández.
A pesar de sus dolencias, Rominger consiguió cruzar la meta de Montpellier con el grupo de cabeza y no ceder tiempo en la clasificación general. Incluso se permitió el lujo de puntuar primero en una cota de tercera.
El objetivo del suizo es garantizar el podio en las etapas pirenáicas a partir de mañana. De conseguirlo, habrá firmado una verdadera hazaña. Todo ha estado en su contra, incluido la climatología.
Al abandono de sus compañeros Arsenio González y Abraham Olano, víctimas de sendas caídas, el ganador de la Vuelta a España sumó una penalización de un minuto en la contrarreloj por equipos y una tormenta de granizo en la individual que le llevó a ceder más tiempo del previsto. "Si conseguimos el podio, podemos darnos más que satisfechos de nuestra temporada" comentó Juan Fernández.
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