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Los Alpes empezarán a certificar la victoria

Induráin pasa tranquilo el día de descanso la víspera de afrontar la montaña de golpe

La estética de la contrarreloj nos conduce a la épica de la montaña. Hoy y mañana son los Alpes los que van a certificar quién domina el Tour. El tribunal estaráformado por algunos de los más ilustres apellidos, Galibier, Izoard, Glandon, Telégrafo y el techo del Tour, el Bonette-Restefand, de 2.804 metros. Tres jornadas en los Pirineos recogerán el testigo delos Alpes la próxima semana. El guión será fiel al estilo impuesto por Induráin: como quiera que lleva el maillot amarillo, defenderá su suerte. El navarro, que ayer, en jornada de descanso, recorrió unos 80kilómetros por la zona de los puertos en que hoy discurrirá la etapa para habituarse a la montaña, anunció en conferencia de prensa su principal objetivo: "Controlar la carrera sin perder la cabeza".

No hay término medio en la montaña. Sólo el dolor por compañero. La gloria, el fracaso e incluso la muerte se esconden en las curvas de los Alpes, escenario de las dos primeras jornadas en alto del este Tour. La épica ciclista ha encontrado en monstruos sagrados como el Galibier, Glandon, Izoard o Bonette-Restefond sustento vital para sus crónicas.Por esas cumbres cabalgaron los mitos del ciclismo, unos camino del cielo, otros del infierno, alguno de la sepultura. Todo está dispuesto ya para que la edición más montañosa de los últimos años inicie su camino más tortuoso: 405,5 kilómetros de puertos entre los Alpes y los Pirineos, con un total de 20.035 metros de ascensión. La hora del sufrimiento ha llegado.

Los cuarteles generales guardan silencio. La montaña impone respeto. Nadie está a salvo de engrosar el número de víctimas del interminable Galibier. Los cálculos admiten siempre todo tipo de salvedades cuando es brusco el transcurso del llano a la montaña. Los músculos del ciclista se han acomodado a rodar; incluso el más afamado escalador oculta en su interior alguna duda sobre el resultado que tendrá el primer contacto con la montaña. Y este año no hay transición. El aperitivo tiene la magnitud del Glandon donde, después de 25 kilómetros de ascensión, esperan un par de kilómetros de dura pendiente (10%).

Primer contacto

El primer contacto con la montaña es tan temido como la tercera semana. No hay margen para rectificar: si el músculo no responde, el fracaso es inevitable. Semejante desgracia no respeta estados de forma. Es, simplemente, un rechazo del organismo. Alguno de los favoritos puede ser la primera víctima.

Induráin, en la conferencia de prensa de ayer, destacó la diferencia de este año con respecto a los anteriores. "En esta ocasión no hay media montaña. De pronto nos encontramos con puertos muy importantes y duros, lo que puede afectar a más de uno. Seguro que alguien acusa el choque", comentó.

El corredor de Banesto reconoció: "quizás hubiera sido mejor no coger el jersey amarillo en la etapa del pasado lunes. Ahora el equipo tendrá su responsabilidad. Pero tuve que aceptar los resultados de la carrera". Mencionó al ONCE como el equipo y sobre sus rivales más inmediatos indicó: "No tengo una sóla rueda a la que controlar, sino varias. Ahí están Bugno, Rominger, Breukink, Chiappucci... Seguro que hoy atacan porque es un terreno donde intentarán recortar diferencias".

Los Alpes deben significar una toma de posiciones. La experiencia demuestra que la montaña tiende a solucionar el Tour con una ordenada eliminación.

MIGUEL INDURÁIN

Sus mejores momentos en la montaña pertenecen a los Pirineos. En sus cumbres obtuvo su primera victoria de etapa (Luz Ardiden, 1990) y su primer maillot amarillo (Val Louron, 1991). En el Tourmalet realizó su primer y único ataque montañoso en el Tour. Los Alpes han sido para él terreno de defensa. La principal diferencia no radica en la pendiente media (inferior a los Pirineos) si no en la superación de los 2.000 metros de altitud, aspecto perjudicial para corredores de gran tamaño.

STEPHEN ROCHE

Un ilustre veterano que se resiste a morir y el mejor compañero que ha tenido Chiappucci. A Roche se le ve por televisión en muchas etapas, incluídas las de montaña. Nunca fue un escalador, pero puede con la montaña del Tour. Tratará de ser el estilete de Chiappucci hasta donde lleguen sus fuerzas. Es, quizás, junto a Induráin, el corredor más inteligente de todo el pelotón y lleva con agrado su tarea de instructor de vuelo del Diablo. Está a 4m 10s del navarro.

ERIK BREUKINK

Su mejor papel montañoso lo ha desarrollado en los Alpes. Conoce la victoria en Alpe d'Huez. No es un corredor que ataque en la montaña, pero la resiste con solvencia en la segunda semana. Sus dificultades pertenecen a la tercera semana. Debe estar en cabeza; de lo contrario, no estará en el podio de París y tenderá a perder muchos minutos. La última contrarreloj avala su candidatura: ahora es el líder del ONCE. Tiene 1m 35s de desventaja con relación a Miguel Induráin.

GIANNI BUGNO

Su caso es ligeramente parecido al de Breukink. También conoce la victoria en Alpe d'Huez. En condiciones normales es un corredor apto para la montaña y, sobre todo, el más capacitado de los contrarrelojistas para ser el más rápido en el último puerto. Eso significa, una opción para el ataque. No es excepcionalmente bueno en los descensos ni un corredor con tendencia a lanzar un ataque antes del último puerto. Su cruz está en su facilidad para deprimirse. Está a 2m 32s de Induráin.

C. CHIAPPUCCI

Llega su terreno de conquista. Tiene prisa y, por vez primera, la posibilidad de jugar con los Alpes y los Pirineos. Debe perseguir una ventaja de más de siete minutos sobre el líder español en las etapas montañosas. Es el que menos temor tiene a lanzar un ataque anticipado y al que todos van a esperar para declarar abierto el combate. Su obsesión sigue siendo perder de vista a Induráin. Baja a lo loco y es peligroso seguirle porque busca la caída del prójimo. Está a 5m 07s de Induráin.

TONY ROMINGER

Un corredor virgen para la montaña del Tour. Y el Tour no es la Vuelta: los puertos son más largos, la pendiente es más elevada y hace calor. Rominger desconoce cómo responderá contra esos elementos. Su técnica como escalador es casi una fotocopia de Induráin. Usa desarrollos desmesurados que pueden pasarle factura. Parece probable que opte por mantenerse en cabeza y desista de ataques anticipados, pero llega a los Alpes demasiado alejado de la cabeza. Baja bien. Está a 5m 44s.

ALEX ZÜLLE

Otra incógnita. En teoría, sube peor que Rominger. No parece capacitado para un ataque serio. Esperará, si puede, a lo que decida el último puerto. Tampoco se conoce cómo responderá al calor, ni su capacidad como estratega. Juega con la ventaja de llevar por delante a Breukink y Bruyneel. Una debilidad añadida: tiene propensión a las caídas en los descensos. Sus rivales lo saben. Si se convierte en un serio aspirante, más de uno le pondrá a prueba en los descensos. Está a 4m 12s.

ÁLVARO MEJÍA

Es un convidado de última hora. Por el mero hecho de ser colombiano se le supone aptitud en la montaña. Aunque él, la eterna promesa, aún no lo ha demostrado. Por el hecho de ser el mejor contrarrelojista entre los colombianos se le considera un hombre capaz de situarse bien en la general. Pero Mejía no es Lucho Herrera ni Fabio Parra. Tampoco tiene la capacidad de sufrimiento de sus antecesores. Un candidato a la sorpresa, y poco más. Es el amagar y no dar. Está a 3m 09s de Induráin.

RAÚL ALCALÁ

Es mexicano, pero eso no significa que sea escalador, ni tenía por qué. Ya ha demostrado sus dotes como contrarrelojista, mejor en tramos cortos que largos, pero nunca ha destacado en la montaña. La tercera semana se le atraganta. No es hombre de ataques. Todo lo más, trata de acompañar a los grandes hasta donde pueda. Su objetivo es sacar provecho de las eliminaciones, no caer por el precipicio de una pájara, y acercarse al podio. Está a 4m 32s del liderato.

PEDRO DELGADO

Si aparece el Delgado de la última Vuelta será un corredor con problemas para acompañar a Induráin al último puerto. Carece de estrategia propia y eso puede ser una ventaja: debe proteger a Induráin o meterse en algún salto para vigilar. La primera semana le ha respetado. ¿Seguir a Chiappucci? No es fácil para el Delgado actual. Los aficionados esperan ver al menos un apunte del Delgado de antaño, el que dejaba clavados a sus rivales en las montañas del Tour. Está a 6.09 de Induráin.

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