España se recupera ante Francia
El palo no hizo mella. No en lo que hace referencia al parquet. Probablemente tampoco en lo que pasa fuera de él. La derrota de Alemania estaba en boca de todos. Pero Francia, fue un bálsamo para los jugadores españoles. España hizo un partido serio ante Francia, que despejó cualquier duda. La fortaleza mental de la selección pasó la prueba. Su capacidad de recuperación fue incuestionable.
No hubo alternativas. Apenas alguna concesión. El partido fue monocorde, aburrido en ocasiones. España adquirió con rapidez ocho tantos de ventaja, 25-17, y sólo fugazmente se vio asediada por los franceses. Martín sacó provecho de su mayor altura y redujo a Bilba a las cenizas. El pivot francés suele aprovechar su potencia de salto e inteligencia para compensar su corta estatura, 1.98. Ayer permaneció en el anonimato. Los franceses tampoco estuvieron acertados en el triple, 0 de 6 en el primer tiempo. Y ello les llevó a la perdición. Su pivot reserva, Courtinard, un auténtico armario, resquebrajó la defensa española. Pero Morales sustituyó a Orenga y frenó la hemorragia. Los franceses carecían así del mecanismo necesario para imponer la lentitud de su baloncesto. No encontraban las opciones necesarias para sorprender a España a base de largas circulaciones del balón. Lo suyo era una noria sin sentido.
El rebote fue otro de los puntos clave en la clara victoria española. Una vez dominado le dio mayor ritmo al partido y aprovechó las penetraciones de Villacampa o Jiménez, que hizo un excepcional 89% de acierto en el tiro antes de lesionarse en un brazo.
El final de la primera parte, con una mala selección tanto en el tiro como en el pase, fue otro de los escasos puntos negros del balance español. Se pasé en un minuto de un 45-35 a un 45-40. Volvió a repetirse lo que sucedió al final de los partidos contra Grecia y Alemania.
No se supo administrar la ventaja. Se perdió, por momentos, la cabeza. Pero se trataba sólo del descanso.
Después, a pesar del mal día de Herreros y de algunos problemas con la presión que ejercieron fugazmente los jugadores franceses, no hubo color. La ventaja se disparó hasta los 13 puntos, 55-68 en el minuto 29. Los franceses desperdiciaron sus últimas municiones cuando Rigaudeau y Forte erraron en sus tiros de larga distancia.
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