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NBA

Phoenix resucita de sus cenizas en Chicago

Fue un partido histórico: el más largo de una final de la NBA desde aquel de tres prórrogas que el Phoenix Suns y el Boston Celtics celebraron en 1975 con victoria los Celtics por 128-126. Dan Majerle, base de los Suns, igualó otro récord al encestar seis triples. Kevin Johnson fue un hombre de hierro, batiendo otra marca al jugar los 62 minutos enteros.Pese a todo, el único dato importante fue este: Phoenix resucitó de sus cenizas y ganó su primer encuentro de la serie final. Manda Chicago por 2-1 y el próximo partido se celebrará mañana en Chicago (3 de la madrugada en España).

Charles Barkley salió a la cancha con su codo derecho vendado y con una inyección de cortisona, como consecuencia de una caída aparatosa en el partido anterior. Ni siquiera podía levantar el brazo más arriba del nivel del hombro. Estaba dispuesto a morir con las botas puestas.

Su presencia fue una inspiración para el Phoenix Suns. El equipo entero se creció en un partido que tenía que ganar como fuera. Los Suns desperdiciaron un parcial de 90-101 en el cuarto tiempo. Sin embargo, nunca perdieron la esperanza. Soportaron todo lo que pudo ofrecer Michael Jordan, Scottie Pippen y los demás. Barkley no fue el máximo anotador de su club, pero fue el hombre clave. Jugó los últimos 30 minutos con cinco faltas y cada vez que su equipo necesitaba un rebote o una jugada decisiva cumplía con el momento.

"Es el partido más grande en el que he participado. Llegó un punto en el que no importaba quién ganaba o quién perdía. No soy como los demás. El baloncesto no tiene que ver sólo con victorias o derrotas. Se trata de superarse a sí mismo", declaró.

Barkley sumó 19 rebotes además de sus 24 puntos y jugó un total de 53 minutos. El otro héroe de la victoria del Phoenix fue el base Kevin Johnson, quien recuperó su brillo con 25 tantos y 9 asistencias. Los Suns hicieron unos cambios esquemáticos para abrir el camino a canasta a su jugador más pequeño y él respondió como un auténtico astro. Su número de puntos fue casi el doble de los que había conseguido en los primeros dos partidos.

La fatiga afectó a todos. Jordan falló 18 de 27 lanzamientos en la segunda mitad. La victoria se cobró con un parcial de 9-2 a finales de la tercera prórroga. Majerle encestó el último de sus seis triples y luego sirvió el balón a Barkley para un mate.

"Son dos equipos los que están jugando y no tiene importancia cuál sea la cancha", declaró Paul Westphal, entrenador del Phoenix. "Era suficiente motivación para ganar este partido el hecho de que estábamos perdiendo la serie por 2-0. Creo que éste ha sido uno de los partidos más grandes de la historia".

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