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ELECCIONES 6 JUNIO

Banquete en Quintanfila de Onésimo

El candidato del PP, José María Aznar, se desvió ayer por un momento de la ruta electoral para dedicar unas horas a lo que considera "su pueblo", Quintanilla de Onésimo (Valladolid), acompañado del escritor Fernando Sánchez Dragó. Ningún antecedente familiar le une a esta población de 1.200 habitantes, que vive de la tierra y sobre todo del vino. Mientras presidía el Gobierno de Castilla y León, decidió alquilar allí durante los veranos una casa, y allí fue bautizado alguno de sus hijos.Ahora, casi todos los del pueblo son sus amigos, populares o comunistas. Fue un alcalde comunista el que decidió mantener la denominación franquista del término municipal, en homenaje a Onésimo Redondo, uno de los inspiradores de la Falange. Aznar reconoce que le aconsejó que no lo modificara, para no reavivar viejos rencores. Luego los populares le arrebataron en las urnas la alcaldía al PCE de Santiago Carrillo, merced al fichaje del farmacéutico local.

En la plaza principal, llamada del Bailadero, recaló Aznar con su séquito para ofrecer un convite a los vecinos en mesas dispuestas sobre el cemento, bajo el sol castellano. Los informadores tuvieron más fortuna y pudieron cobijarse en un mesón.

En la plaza, el candidato tomó de pie empanada, chorizo y hornazo, una masa cocida y rellena de chorizo y huevo. En el mesón, sentado, atacó el clásico lechazo asado con un poco de vino tinto de la Ribera del Duero y remató con un descafeinado.

Entre bocado y bocado, Aznar dejó claro que piensa ganar, y citó en su apoyo los últimos datos que conoce. Según dijo, la última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) concede a su partido una ventaja de 12 escaños sobre los socialistas. 148 para él, 136 para González. [El presidente del CIS niega la existencia de tal encuesta].

Luego el político dejó paso al vecino. En el mismo mesón, disputó unas cuantas partidas de dominó con otros tres lugareños. Ganó algunas y perdió varias. Por la tarde acudió a Valladolid a los estudios de una emisora de radio para una entrevista de una hora en directo. Por la mañana, había sido entrevistado en Madrid por otra cadena. El programa del día duraba hasta la medianoche. A las ocho, mitin en Valladolid. Un salto en avión a Madrid, y cierre de campaña.

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