El Borussia aspira sorprender al Juventus
GRAHAM TURNER, De puntillas, a trancas y barrancas, a la chita callando, el Borussia de Dortmund ha llegado a este mes de mayo como un gregario que, tras esconderse en el pelotón, se asoma en el sprint decisivo. Después de necesitar gemelos para ver al Bayern de Múnich en la Liga alemana, se encuentra ahora a dos puntos de los colíderes a falta de seis jornadas y, también, en la final de la Copa de la UEFA, en la que hoy (Antena 3, 20.30 horas) recibe al Juventus de Turín, en el partido de ida, con el propósito de romper los pronósticos que dan como claro favorito al equipo italiano.
El Borussia sufrió para ganar al Zaragoza (4-3 global), al Roma (2-1) y, aún más -tenía siete bajas por lesiones o sanciones- al Auxerre (2-2 y 6-5 por penaltis). Ahora, en la final, parte como víctima, pero con todo un consuelo económico. Al inicio de la campaña, una empresa publicitaria pagó 60 millones de marcos (más de 4.000 millones de pesetas) a su federación y el hecho de ser, desde hace meses, el único superviviente alemán en los torneos europeos le significa unos 2.000 millones, de ahí los 600 invertidos en su repatriación desde el Inter de Milán del centrocampista Sammer. Además, se prevé el lleno, 43.000 espectadores, en el Westfalenastadion. Los más viejos recordarán el antecedente de 1966, cuando el Borussia del trío atacante formado por Libuda, Held y Emmerich conquistó la Recopa: 2-1, ante el Liverpool, en Glasgow, otro 5 de mayo.El conjunto actual lucha por sobreponerse a las ausencias -entre ellas, las del goleador danés PovIsen, lesionado, y el defensa Kutowski, sancionado-. Su técnico, Ottmar Hitzfeld, ha permutado a sus jugadores de forma que diez se han repartido los 19 goles marcados en el torneo. Al igual que el seleccionador suizo, Roy Hodgson, ha tenido que insistir con delicadeza en que su cuadro no se reduce a los talentos ofensivos del helvético Chapuisat.
Hitzfeld prefiere ensalzar las labores de Klos, un portero de 21 años; de Zelic, el libero de la selección olímpica australiana; de Michael Rummenigge, el del centro del campo, y de Karl y Tretschok, que han entrado en alineaciones improvisadas y han cumplido. El centrocampista Zorc, de 30, ha marcado cinco goles en las diferentes competiciones, los mismos que Chapuisat, e incluso Mill, un veterano de 34 años, ha contribuido con tres. La racha de lesiones ha servido para comprobar la validez de la plantilla. Contraviento y marea, el Borussia mantiene esperanzas.
Jugar al engaño
En cambio, el Juventus es el favorito, pero está lejos dé confirmar las valideces. Juega al engaño. Su estadística ofrece el testimonio de 25 goles a favor y cinco en contra frente al. Anorthosis, el Panathinaikos, el Sigma Olomouc, el Benfica y el París Saint Germain. Sin embargo, sus actuaciones han sido un fiel reflejo de su desconcertante campaña en el calcio. Su técnico, Giovanni Trapattoni, alude a una racha positiva para explicar cómo ha eludido la espada de Damocles, pero nadie se traga sus pretensiones de un fútbol espectacular. Ante el PSG, prometió un juego ofensivo y acabó dibujando su habitual planteamiento conservador. No tuvo reparos en admitir comparaciones con la selección argentina de 1990 ni el plagio del guión de Carlos Bilardo. Era vulgar, afirma, pero apuntalada por el genio de Maradona. Así, contempla a su propio equipo como vulgar, pero apuntalado por Baggio, cuya actuación se considera decisiva en Dortmund, donde no estará el lesionado Casiraghi.
En definitiva, el Juventus ofrece dividendos poco acordes con una inversión de 9.000 millones de pesetas en los últimos tres años y la devaluación de Vialli, Möller y Platt.
Nada le gustaría más a su afición que triunfar en la final en que fracasó hace un año el Torino frente al Ajax. La Vieja Señora, refrendada por la Copa de Europa de 1985, la Recopa de 1984 y las Copas de la UEFA de 1977 y 1990, es la favorita. Pero los planteamientos de Trapattoni suelen ser tan cautelosos que el Borussia puede ser el que ofrezca el buen fútbol.
