_
_
_
_
_
VUELTA A ESPAÑA 93

Jalabert da al ONCE su segundo triunfo

Carlos Arribas

Laurent Jalabert (ONCE) dio ayer a su equipo el segundo triunfo parcial en la Vuelta al ganar la tercera etapa (Vigo-Orense, de 171 kilómetros). Su compañero de equipo Alex Zülle se mantiene líder, mientras que el ganador de ayer desbanca a otro compañero, Erik Breukink, de la segunda pieza. La Vuelta ha entrado en una alternancia de triunfos para equipos poderosos y modestos. Todos españoles. Los extranjeros, tradicionales dominadores de los finales masivos, ven cómo les birlan las victorias previstas. El uzbeko Abduyapárov (Lampre) fue el gran derrotado.

Más información
La Vuelta llega a Castilla
Regreso a los orígenes

Manolo Sáiz, director del ONCE, dio la espalda a los periodistas y se puso a cuchichear con Laurent Jalabert. Estuvo al menos un cuarto de hora hablando en voz baja con su corredor francés. "¿Qué pasa? ¿Dándole instrucciones para ganar?", se le preguntó a Sáiz cuando soltó a su agotado joven. "No", respondió el director cántabro. "Todos los días hablo con todos. Les doy ánimos y les cuento su tarea".Jalabert, un francés, nacido en medio de los Pirineos hace 24 años, hizo de ingenuo. Más que de la jornada por correr quería hablar de la del día anterior. De cómo Abduyapárov le había cerrado, buscando frenéticamente la rueda de Alfonso Gutiérrez, en el sprint de Vigo.

"Pero, Laurent, la llegada de hoy te favorece. Una etapa quebrada, con varios puertos y pocas rectas. Tú podrás llegar con más fuerzas. Los equipos de los sprinters no tendrán terreno para organizarse y Van Poppel y los demás las pasarán canutas... ", se le dice para provocarle la fánfarronada.

Y él, ganador del maillot verde de la regularidad en el último Tour, llegador de fuerza, que no especialmente veloz, se hace el tímido en su español casi perfecto, idioma que habla desde sus tiempos de escuela. "No sé. El final es en cuesta, ¿no? No sé, No es mi objetivo ganar etapas, pero bueno...".

Empinada cuesta

Su timidez no le salvó. El ONCE no trabajó para él, pero Jalabert ganó. El pelotón entró lanzado en la última curva. Comenzaba una empinada cuesta -"parecía el final de un puerto", dijo después Jalabert- y el checo Lom Lubos (Navigare) marcaba el ritmo.

El tímido de los Pirineos iba tercero, pero más rápido. Aceleró, lleno de potencia, y superó a los dos que iban delante. Sacó varios metros. Estuvo desbordante. Abduyapárov, que estaba mal colocado, sacó toda su rabia. Llegó, como mucho, a ponerse a dos metros.

"Jalabert sigue su progresión", había asegurado su director. Progresa adecuadamente, término que leen hasta la saciedad los estudiantes de EGB, es el término favorito de Sáiz para definir a los suyos. "Ha mejorado mucho en las contrarreloj. Ahora intentaremos que pase mejor aún la montaña. Estoy convencido de que los puertos de la Vuelta ya están a su alcance. En cualquier caso, el ONCE no puede hipotecar su estrategia buscando triunfos parciales. Éstos llegarán por el talento de sus corredores".

Y el talento de Jalabert, profesional desde 1989, cuando sólo tenía 20 años, es grande. Y aprende deprisa. Su anterior participación en la Vuelta, en 1990, con el Toshiba, había sido triste.

Un día se metió en una escapada con ocho más. Y él, el más rápido, no ganó. Le adelantó el noruego Atle Pedersen. Jalabert se prometió seguir aprendiendo. Pedersen ha desaparecido del mapa y él está entre los 10 mejores del mundo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_