La represión policial contra la inmigración hace temer un estallido racial en Francia
Las calles de París volvieron a ser ayer -pese al impresionante despligue policial y la prohibición estricta por el Ministerio del Interior de todo tipo de manifestaciones- escenario de protestas contra la actuación policial, a causa de la cual han muerto esta semana cuatro jóvenes, tres de ellos inmigrantes. Cabinas telefónicas y escaparates de avenidas céntricas fueron destruidos por unos 300 jóvenes airados. Las fuerzas de seguridad detuvieron a 12 manifestantes.Grupos de entre 20 y 30 jóvenes se dedicaron a hostigar a los agentes y provocaron también desórdenes en un barrio del norte de París, donde un zaireño de 17 años murió a manos de la policía el martes.
Tres jóvenes inmigrantes han muerto por disparos de la policía en los últimos días y han causado un primer estallido de odio racial en París y en otras ciudades francesas. La última de las víctimas, un argelino de 17 años, falleció el viernes en un hospital de Tourcoing, tras permanecer dos días en estado de coma.
Manifestaciones y protestas se han sucedido para criticar la actuación de una policía que vuelve a estar dirigida por el. duro Charles Pasqua, que ya fuera ministro del Interior entre 1986 y 1988. Alineado con los sectores más derechistas de la actual coalición gobernante, Pasqua ha manifestado que será "implacable con quienes hayan cometido delitos".
En una crítica a los socialistas, que perdieron el poder en las pasadas elecciones de marzo, el ministro del Interior señalaba: "Los errores pueden ser debidos a que la policía está mal organizada y mal dirigida".
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