_
_
_
_
BALONCESTO

15 triples despejan el futuro del Estudiantes

Estudiantes se agarró a los triples para solucionar el compromiso más dificil de la temporada. Los 45 puntos desde mas allá de la línea de 6,25 le garantizan la presencia en Europa el próximo año y le salvan de la catástrofe económica. Los patrocinadores no financian a medianías.El equipo colegial volvió a ser un conjunto temible y dejó una marca difícil de batir para los archivos de la ACB: 15 tiros de tres puntos convertidos de 23 intentados, con un 65 % de acierto. Así no hay quién pierda.

El enemigo interior (los nervios y el exceso de responsabilidad) fue doblegado en la caseta. El Estudiantes salió mentalizado para ganar y arrolló de salida a un despistado TDK. Un 14-7 en tres minutos (adornado con cuatro triples) anunciaba un ajusticiamiento en toda regla. Pablo Martínez, un veterano de 21 años, dirigía al equipo con fluidez, Herreros tomaba la responsabildad y anotaba como un poseso y el croata Danko Cvejticanin hacía méritos para que la Demencia empiece a hacer una colecta para ponerle un monumento en la calle Serrano.

Yeti (así le ha bautizado la hinchada) saca el libro en los momentos complicados y dicta la clase: canastas de dos y de tres, entradas por el lado mas difícil, inteligencia, colocación, reflejos... un dechado de virtudes. Es un hombre atípico en la jungla del profesionalismo. La gente le grita: " Yeti, eres el mejor"; él se da la vuelta, mira a la grada, esboza un sonrisa y levanta la mano en señal de agradecimiento.

El TDK no agachó la cabeza. Es un conjunto muy limitado, con un buen quinteto titular, pero sin banquillo. Pedro Martínez tiene que hacer encaje de bolillos para proteger a sus pívots, Singleton y Hall. Para ello necesita blindar la zona con las ayudas de los aleros, que conceden unos centímetros muy valiosos para que los tiradores rivales salten con más comodidad en sus lanzamientos. A los locales, sin Martínez y Cvjeticanin, se les oscureció el cerebro. Las ideas no estaban tan claras, pero aguantaron el chaparrón (46-32, en el descanso).

La paliza se presagiaba en la segunda parte. El Estudiantes apretaba el acelerador y lograba pronto una diferencia de 20 puntos. Los triples seguían cayendo como el granizo. Pero el TDK volvió a la carga y se metió de nuevo en el partido (M 35, 72-67). Entonces apareció Danko Cvejeticanin. Pidió el balón, se lo dieron y se acabó el Manresa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_