El PS apoyará a los 'verdes' en la segunda vuelta sin exigir reciprocidad

El Partido Socialista (PS) pedirá a sus electores que, en la segunda vuelta de las elecciones francesas, la del 28 de marzo, voten a los candidatos ecologistas mejor colocados que los suyos. Los socialistas anunciaron ayer que no esperan reciprocidad de parte de la coalición verde encabezada por Brice Lalonde y Antoine Waecter. Este "gesto unilateral" se inscribe en la perspectiva de renovación de la izquierda defendida por Michel Rocard.

En la noche del próximo domingo, el buró ejecutivo del PS pedirá a sus candidatos que se retiren a favor de los comunistas y los ecologistas en las circunscripciones en que éstos les hayan superado en la primera vuelta de las legislativas. El partido del puño y la rosa tenía la costumbre de adoptar esta medida en relación a los comunistas, a los que les une el llamado pacto republicano, pero no pensaba aplicarla a los ecologistas si éstos no se comprometían a la reciprocidad.Michel Rocard, Laurent Fabius y Lionel Jospin, los tres principales líderes del PS, decidieron ayer hacer ese "gesto de buena voluntad" en dirección a Lalonde y Waechter. Y ello, tanto para intentar reducir la anunciada victoria de la derecha como para probar que consideran a los ecologistas "una fuerza adulta" y destinada a tener un "importante papel" en la recomposición de la izquierda propuesta por Rocard para después de los comicios.

En nombre de los ecologistas, Waechter respondió que sus candidatos no devolverán el favor. "Nos mantendremos", dijo, "en todas las circunscripciones en las que hayamos superado el listón del 12,5%, y sólo nos retiraremos cuando nuestra presencia en la segunda vuelta pueda traducirse por una victoria del candidato del Frente Nacional".

Mitin de Rocard

Rocard celebró anoche en Conflans el último mitin de su campaña personal. Le apoyó Pierre Bérégovoy, pese a que el primer ministro había declarado no compartir el comentario de Rocard sobre la existencia de "una cuenta a arreglar" entre los franceses y François Mitterrand. Rocard intentó apaciguar el escándalo provocado por su frasecita en las filas socialistas. "Es una tormenta en un vaso de agua", dijo. Se centró en la idea ecologista que ha adoptado con entusiasmo: el reparto del trabajo como principal medio de lucha contra el paro.

A excepción de los ecologistas, los partidos franceses han hecho una campaña triste, resignada, casi clandestina. La desmoralización de los socialistas es tal que han renunciado a celebrar esta noche el previsto mitin de final de campaña en París.

En cambio, en la noche del pasado miércoles, los ecologistas celebraron en París su último gran acto electoral. Asistieron unas 1.200 personas, dos tercios del aforo. En su mayoría tenían entre 18 y 40 años y su aspecto era el de gente guapa.

Bajo una pancarta que decía El voto útil para nosotros y para nuestros hijos, Lalonde, líder de Generación Ecología, y Waechter, de Los Verdes, compartieron estrado como buenos hermanos.

En el gimnasio Pierre de Coubertin, Jean-Marie Le Pen hizo rugir a 4.000 personas. Tras echar pestes de los inmigrantes, dijo: "Si no hay un sobresalto salvador, Francia puede descender al nivel de pobreza y corrupción de Italia o España".