La cadena francesa TF-1 estrena un polémico programa de sucesos

Se presenta como "una televisión auxiliar de la justicia", una emisión de servicio público. Pero ni el aparato judicial ni ciertos sectores de la opinión pública ocultan sus reservas sobre el espacio Testimonio número 1, que ha estrenado este mes la cadena privada francesa TF-1. Su objeto son los crímenes no resueltos, y colaboran en él jueces y policías. Como otros programas similares en otros países -Alemania, Estados Unidos y Reino Unido-, el experimento de TF-1 ha provocado una radical división de opiniones.Cuatro cadáveres sin identificar y dos infanticidios que las investigaciones policiales no han resuelto integraron el primer episodio. Los productores aseguran haber expuesto el concepto de Testimonio número 1 al Ministerio de Justicia. En cada caso se trabaja en estrecha colaboración con el juez de instrucción que lleva el procedimiento, el cual supervisa las reconstrucciones con figurantes. Nunca se aborda un caso reciente, y se evita todo lo que pueda vulnerar el derecho a la intimidad de las personas, como los retratos robot o las fotografías, así como las llamadas en directo. En la sección titulada Identificaciones, se mostrarán los cadáveres a condición de que 11 no parezcan cadáveres", afirma el productor, Jacques Pradel.

Hay jueces que han aceptado colaborar. Uno de ellos, Germain Sengelin, decano de los jueces de instrucción de Mulhouse, apareció en la primera entrega, la que expone el asesinato de una niña de 10 años. "Evidentemente, el proyecto de TF- 1 es comercial", explica el juez en declaraciones recogidas en Le Nouvel Observateur. "Pero toda la información que me permita saber más es bienvenida". En cambio, el juez de instrucción de Evry, encargado de otro de los casos que se pretendía llevar a TF-1, Philippe Steing, se ha negado a participar. "Este tipo de espectáculos es una invitación a la fabulación. Llevará a denuncias y confesiones fantásticas en cadena. La prensa escrita se mezclará en ello. Será muy dificil deslindar la verdad de la mentira". Este mismo juez apunta el peligro que puede suponer para las indagaciones la publicidad de los casos.