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MUNDIALES DE ATLETISMO EN PISTA CUBIERTA

Los Campeonatos de Toronto comienzan con nuevos escándalos de dopaje

Minutos antes de que comenzara la jornada inaugural de los Campeonatos del Mundo en pista cubierta, la inscripción de la rusa Ludmila Narozilenko era borrada de los ordenadores. La atleta que en 48 horas, las que van del 2 al 4 de marzo, había establecido tres veces el récord mundial de 60 metros vallas, estaba bajo sospecha de que hubiera dado positivo en el primer control antidopaje que se le realizó semanas antes, cuando el 13 de febrero había igualado la plusmarca. El asunto, quedó a la espera de que la federación internacional quisiera confirmarlo.

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Narozilenko, de 28 años, madre de una niña de 10, divorciada, estaba sometida a estrecha vigilancia desde que el pasado mes de diciembre fuera detenida en la aduana sueca al llevar en su equipaje productos anabolizantes, cuya entrada no está permitida en Suecia. Iba acompañada, entre otros, de Gataulin, el único saltador de pértiga que ha logrado, junto con Bubka, superar los seis metros.El 11 de febrero, Narozilenko corrió en Madrid e hizo 7,70 segundos, una centésima más que su propio récord, que tenía desde 1990. Dos días después, en Lievin (Francia), lo igualó y fue requerida, por tanto, a pasar el control antidopaje. Su siguiente actuación fue en San Sebastián. Corrió aún más rápido, pese a realizar una mala salida: 7,68. En Sevilla, 48 horas después, volvió a superarse a sí misma; en la carrera eliminatoria dejó el récord en 7,66; en la siguiente hizo 7,63. Una vez que se confirme la sanción, estas marcas serán invalidadas.

Poco tiempo después de que se conociera la ausencia oficial de Narozilenko en los Mundiales de pista cubierta comenzaban los campeonatos. A la hora de cerrar esta edición, el resultado era dispar para el equipo español. Mientras Sandra Myers se clasificaba para la final del domingo de 400 metros con un segundo puesto en su serie (52, 10 segundos), Juan Trapero (quinto, con 6,75) y Enrique Talavera (quinto, con 15,83) eran eliminados en 60 metros. El canadiense Bruny Surin había iniciado su camino hacia la final con una exhibición que duró 6,59 segundos. El subcampeón olímpico Frank Fredericks, de Namibia, le secundó: 6,60. En semifinales, ambos atletas rebajaron sus marcas a 6,51 y 6,55, respectivamente.

Sandra Myers encontró a todas sus rivales muy igualadas y no descarta la posibilidad de medalla, aunque cree que le falta una semana de preparación para ello. La atleta abandonó el jueves por la noche la concentración del equipo para irse a otro hotel en compañía de su marido, algo que no gustó a la federación.

Por lo que respecta al duelo para la final entre la estadounidense Gail Devers y la rusa Irina Privalova, la primera acreditó en las series clasificatorias 7,18 segundos; la segunda, 7,22. En las semifinales, Devers volvió a ser más rápida, 7,06 contra 7,08.

Un caso en España

Mónica Pont, campeona de España de maratón, ha dado positivo en el análisis efectuado tras la Media Maratón de Ayamonte, celebrada en febrero. Pont presentaba un nivel de cafeína superior al permitido. La atleta defendió que había tomado dos cafés muy cargados antes de la carrera y luego no bebió líquidos, circunstancia que impidió la eliminación de la cafeína de su cuerpo. Pont será sancionada con tres meses de inhabilitación, periodo establecido para los dopajes con cafeína. Días después de participar en la prueba de Ayamonte ganó el Campeonato de España, en cuyo control dio negativo.

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