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La mula fugitiva

Los mordiscos y las coces hicieron inútil la caza del animal a cargo de ocho policías

Una mula del poblado de Los Focos hizo honor a la terquedad de su especie en la tarde del miércoles. El animal, que huyó de sus dueños hace tres días, se empeñó en cruzar repetidas veces por la avenida de Daroca (Vicálvaro). Hubo frenazos y sustos entre los automovilistas. Ocho policías municipales intentaron reducirla para llevarla al matadero. Todo fue inútil. Después de tres horas de mordiscos y coces escapó de sus perseguidores.

Los descampados próximos a la avenida de Daroca, junto a las chabolas de Los Focos, fueron escenario de un castizo rodeo a partir de las cinco de la tarde de ayer. Niños, vendedores de sanitarios y varios congéneres de la bestia perseguida vieron con extrañeza cómo un grupo de guardias intentaba doblegar a la mula. Por un momento, esquivando todos sus ataques, consiguieron subirla a un camión municipal, pero, antes de que lograran sujetarla, puso pies en polvorosa y se introdujo finalmente en el laberinto de casetas.Al otro extremo del poblado, frente a la avenida de Guadalajara, una familia, que ayer aseguraba ser la dueña del équido, permanecía ajena al desaguisado. Están un poco hartos del bicho y su bronco carácter. Junto a la chabola tienen aparcado un carro azul donde, afirman, suele ir enganchado el animal. Cuando quiere.

"A ésa hay que tenerla bien atada, porque si no se larga" explican. Hace tres días, un niño la dejó mal amarrada y huyó. El abuelo de la familia relata que en otra ocasión con siguió recuperarla atrayéndola con un puñado de cebada. Por eso han dejado cereal y mendrugos de pan en su rudimentaria cuadra. "A ver si el hambre la hace venir de noche y la enganchamos", afirma.

En la mañana de ayer la vieron trotando por los alrededores del poblado, campando a sus anchas, pero ya sin organizar líos de tráfico.

Los agentes municipales tomaron su fallida misión con filoslofía. Las capturas de animales no son algo nuevo. De hecho, pocas horas después, otra patrulla tuvo que trasladar en el coche a una oveja perdida junto a la valla de la Casa de Campo en Aravaca. En el recuerdo quedan otros peculiares rescates de vacas y burros en la M-30, o de tigres y serpientes en plena calle. Entonces tuvieron más éxito.

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